Una tragedia que nos debe cambiar

La tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set ha cobrado más de un centenar de vidas, con otro centenar de personas trasladadas a centros de salud, y ha puesto de luto a toda la sociedad dominicana. Este lamentable suceso nos obliga a mirar con seriedad una realidad que durante años hemos ignorado: la urgente necesidad de fiscalizar y verificar las condiciones de todas nuestras infraestructuras, tanto públicas como privadas.

Debemos pasar de la etapa en que solo existan reglamentos a una en la que se apliquen con rigor. Cada espacio público debe someterse a evaluaciones técnicas periódicas y rigurosas. Esa cultura de “eso aguanta” o “eso no va a suceder” debe quedar en el pasado y dar paso a una nueva mentalidad basada en la responsabilidad y la prevención. Es deber del Estado, de las autoridades municipales y del sector privado asegurar que lo ocurrido no se repita. La magnitud de esta pérdida debe marcar un antes y un después en la forma en que entendemos la seguridad estructural en nuestro país.

Pero en medio del dolor también floreció lo mejor del espíritu dominicano: la solidaridad y la resiliencia. Largas filas para donar sangre, mensajes de apoyo, colaboración entre ciudadanos y organismos de socorro. Este es otro ejemplo del corazón y la unidad del pueblo dominicano. El impacto de esta tragedia tocará a generaciones, pero también puede ser el punto de partida para construir un país más seguro, más riguroso y más consciente.