Un mensaje acertado

ElAvance | 02 octubre 2025

Las declaraciones del ministro administrativo de la Presidencia, don Andrés Bautista, no son solo oportunas, sino que también son necesarias dentro del debate político. La realidad es que la corrupción no desaparecerá, y hay muchas formas de justificar esto, pero, en resumen, está dentro de la naturaleza del ser humano; la corrupción siempre existirá en mayor o menor medida, pero lo que define la diferencia entre un Estado débil y uno fuerte es la forma en que se enfrenta. Y aquí entra el comentario del ministro, la promesa no es eliminar la corrupción, es un ideal imposible, sino garantizar que no exista impunidad para aquellos que intentan beneficiarse a través de los actos ilícitos.

Este enfoque debe de ser comprendido con claridad y sin ese fanatismo. La corrupción siempre ha estado presente en todos los tiempos de la humanidad y en todos los sistemas, porque surge de la naturaleza humana y de las debilidades institucionales. Pero lo importante es que cada denuncia tenga consecuencias, cada irregularidad sea investigada, y que nadie se sienta seguro o protegido por vínculos con “el poder”.

Y es que el mensaje de don Andrés conecta con la visión y la promesa que ha venido pregonando el presidente Abinader, de que no habrá cómplices ni refugio para aquellos que fallen a la confianza pública.

Por tal razón, criticar la postura planteada por Bautista no sería lo correcto, sino que dicha visión del régimen de consecuencias debe de convertirse en la regla en una sociedad democrática. Una de las razones por las que un país avanza es cuando sus instituciones actúan, cuando las auditorías son herramientas de control real y cuando la justicia persigue con firmeza. Si logramos que la persecución de la corrupción sea la norma y no la excepción, la República Dominicana dará un paso hacia una sociedad más institucional y desarrollada.