Tragedia y Aprendizaje

La tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set dejará una herida profunda en el corazón de la sociedad dominicana. Dentro del dolor de las víctimas y sus familias, lo vivido ha sido una muestra clara de la fortaleza de nuestro pueblo, un pueblo resiliente, bondadoso y unido en favor de los suyos; las filas para donar sangre, los mensajes de solidaridad, la asistencia ciudadana a los cuerpos de socorro que han trabajado sin descanso, son el vivo ejemplo de lo que somos en tiempos difíciles. Esa reacción solidaria y humana es un reflejo del espíritu noble que nos define.

Sin embargo, esta tragedia también dejó al descubierto una deuda pendiente que tenemos como sociedad, y es el respeto por el dolor ajeno. En medio del caos, muchas imágenes y videos de las víctimas circularon sin control en redes sociales y medios digitales, revictimizando a quienes ya habían sufrido suficiente. La Ley 192-19 es clara al prohibir la publicación de imágenes de personas fallecidas sin la autorización de sus familiares, y sin embargo, se hizo caso omiso. No se trata solo de legalidad, sino de humanidad, de respeto y sensibilidad. El dolor no puede convertirse en contenido ni en espectáculo.

Como sociedad debemos reflexionar y crecer.