No olvidemos a Haití

ElAvance | 06 noviembre 2025

La posposición de la Cumbre de las Américas reacomodó la agenda regional e internacional y, en medio de los conflictos políticos y tensiones entre países, existe el riesgo de que un tema urgente vuelva a quedar relegado, la crisis haitiana. A pesar de las múltiples promesas de apoyo, la realidad del vecino país continúa siendo una tragedia humanitaria, política y de seguridad que amenaza la estabilidad de toda la región. La llegada de la nueva embajadora de Estados Unidos a la República Dominicana representa una oportunidad para reactivar los compromisos asumidos por la comunidad internacional y traducirlos en acciones concretas.

El pueblo haitiano vive un colapso institucional sin precedentes. Bandas armadas controlan gran parte del territorio, la inseguridad paraliza la vida cotidiana y los servicios públicos prácticamente han desaparecido, y la violencia desmedida es el día a día del país. Sin un Estado funcional ni una estructura que garantice el orden, el país se encuentra al borde del abismo. Mientras tanto, la República Dominicana carga con el peso inmediato de esa crisis, la presión migratoria, las amenazas fronterizas y el impacto social y económico de una situación que ya desborda lo nacional.

La República Dominicana ha hecho su parte, ha sido solidaria con el país vecino, ha ejecutado su política de migratoria y de seguridad, y ha sido la voz del pueblo haitiano en las cumbres y organismos internacionales. Pero Haití necesita más que diplomacia; necesita intervención humanitaria, seguridad y reconstrucción institucional. Por eso, la comunidad internacional debe mantener como una prioridad la solución a la crisis de Haití.