Motoristas y la burla pública

Una difícil realidad, que no está en papel, pero que en la práctica sí sucede, es que existe una categoría de ciudadanos inmunes a la ley, los motoristas. Son los protagonistas del desorden que vivimos a plena luz del día, en cada semáforo en rojo que violan, en cada acera que suben y ponen en peligros de los transeúntes. Manejan sin casco, y ahora uniéndose a las tendencias digitales, chatean mientras conducen; y todo frente a la mirada de los agentes de tránsito. Los ciudadanos ya ven esta realidad con resignación.

La burla de los motoristas es contra las leyes y contra la paciencia colectiva. Mientras a los conductores se les exige documentación, por un “simple chequeo”, los motoristas operan en un estado paralelo, en donde las reglas ni las consecuencias aplican para ellos.

El tránsito y sus crisis se han convertido en la principal preocupación de los dominicanos. Las autoridades deben de implementar una fiscalización permanente y sin excepciones. Se necesita recuperar la autoridad y orden de las calles. La aplicación de la ley parece ser selectiva, pero las estadísticas demuestran que los motoristas son la mayoría en cuanto a accidentes de tránsito se refiere. ¿Hasta cuándo seguiremos así?