Legisladores al vapor

ElAvance | 29 julio 2025

Las últimas semanas han servido de ejemplo preocupante del funcionamiento del Congreso Nacional. Nuestros legisladores parecen comportarse más como estudiantes irresponsables que como representantes de un poder del Estado. No por su brillantez, sino por dejar todo para último momento, generando leyes mal estructuradas, contradictorias o sin la debida revisión. Un caso claro fue la aprobación en el Senado de la Ley de Compras y Contrataciones y el nuevo Código Penal, que contienen disposiciones que se contradicen entre sí. Por ejemplo, la Ley de Compras establece en sus artículos 234 y 235 sanciones de 2 a 5 años de prisión, mientras que el Código Penal, en su artículo 268, impone penas de 4 a 10 años para los mismos hechos.

El hecho de que leyes recién aprobadas deban ser devueltas al Congreso por el Poder Ejecutivo por incoherencias, contradicciones o falta de justificación, refleja una falla estructural en la labor legislativa. Esta práctica, cada vez más frecuente, evidencia la ligereza con la que se elaboran y aprueban proyectos de ley. Se denuncia, con razón, que muchas de estas normas se aprueban sin un estudio profundo, sin consultas a los sectores implicados y sin análisis técnicos serios. Se legisla con prisa, por compromiso político o por inercia, y no por un genuino interés en beneficiar al país.

Es importante recordar que legislar en democracia implica una enorme responsabilidad: crear normas que ordenen, protejan y mejoren la vida de los ciudadanos. Pero cuando se actúa con improvisación, se pierde tiempo, se malgastan recursos públicos y se debilita la confianza en las instituciones. Muchas leyes aprobadas carecen de estudios de impacto, memoria explicativa o simplemente de sentido común. ¿Cómo es posible que quienes han sido electos para representar al pueblo legislen desde el desconocimiento?

La ciudadanía observa con atención. Es más crítica, más exigente y vota con mayor conciencia. Por eso, es momento de que nuestros congresistas eleven su compromiso y asuman con responsabilidad su rol. No basta con llenar un curul. Se necesita preparación, rigor y visión. La sociedad dominicana merece leyes bien pensadas, discutidas y alineadas con sus verdaderas necesidades.