La ruta presidencial

En un país en donde cada día alguien busca imponer su propia percepción sobre temas, casi siempre sin pruebas tajantes o manipuladas, la oposición, contrapeso del gobierno, se ha dado a la tarea de colocar la idea de que la administración de Luis Abinader no ha trabajado en obras. Sin embargo, el presidente se ha pasado estos primeros seis meses del 2025 recorriendo el país y entregando importantes obras para las diferentes zonas, y dejando iniciados los trabajos de otras más. La variedad incluye complejos turísticos, hospitales, centros deportivos y otros más.

El ritmo de inauguraciones ha sido constante y significativo. Desde el Tramo II de la Avenida Ecológica, la transformación del Malecón de Samaná, el muelle de Barahona, el centro cultural de Dajabón y la entrega de viviendas y títulos han marcado la agenda del presidente en estos meses. En paralelo, siguen avanzando proyectos de gran escala como el puerto turístico de Cabo Rojo en Pedernales, el monorriel en Santiago y otras obras más que busca mejorar la infraestructura social del país.

El presidente ha desmontado con acciones el intento de crear una percepción negativa sobre su administración. La oposición tiene el legítimo derecho, y hasta obligación, de fiscalizar y cuestionar; pero su discurso no puede ignorar los hechos y tratar de distorcionar una realidad palpable. Las obras están ahí, abiertas, inauguradas, visitadas y vividas. Lo correcto es discutir cómo mejorarlas, como garantizar su sostenibilidad y eficiencia. Mientras otros insisten en el ruido, el gobierno ha decidido hablar con cemento, acero y acción.