La educación y sus enemigos

La educación es, en cualquier sociedad del mundo, el principal pilar de desarrollo, es transversal a todos los demás pilares. En la República Dominicana, seguimos enfrentando el reto de seguir desarrollándolo y de que una forma u otra avance. Lamentablemente, en los últimos meses hemos visto cómo ciertos actores han convertido la educación en un campo de batalla política. Lejos de aportar soluciones, se han enganchado en un tour mediático de denuncias y señalamientos con datos dudosos y que contradicen al de las autoridades, buscando protagonismo personal más que mejoras colectivas. La educación no puede ni debe ser usada como arma de presión ni como escenario para intereses particulares.

Quienes se presentan como paladines de la educación terminan deslegitimando sus propias banderas cuando recurren a la manipulación y al escándalo. Es legítimo exigir transparencia, calidad y eficiencia, pero hacerlo desde el ruido mediático, con la intención de crear crisis artificiales, solo debilita la confianza en las instituciones y perjudica a los verdaderos protagonistas del sistema, los estudiantes.

La educación es un asunto nacional, no una plataforma de intereses. Todo el ruido daña al sector y frena el desarrollo, mejor apostar al diálogo y a soluciones constructivas. Porque cada intento de usar la educación como arma política es, en el fondo, un ataque al futuro de la República Dominicana.