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La visita del secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, causó desde su anuncio muchas expectativas; la nueva administración Trump ha demostrado que viene con un nuevo libro de política, y del resultado de esta visita dependerá el futuro de las relaciones entre ambas naciones. El resultado ha sido positivo, y por primera vez en mucho tiempo ambos países comparten a unanimidad la visión de desarrollo y orden en el emisferio.

Durante el encuentro entre Rubio y el presidente Abinader se tocaron temas claves para nuestro país y para la política pública de la tierra del tío Sam. Estados Unidos reconoció la gran labor que ha hecho el gobierno del presidente Abinader para enfrentar el narcotráfico, dándonos el reto de ser el principal escudo para evitar que este comercio ilícito ocurra. Además, en términos económicos la explotación de tierras raras y el fortalecimiento del sector energético son temas claves para asegurar el desarrollo continuo del país.

Pero, fue la posición de la nueva administración sobre el tema migratorio y la situación que tenemos como país frente a Haití, el gran espaldarazo de confianza y de coherencia a lo que por años venimos mencionando, la República Dominicana no puede cargar con los problemas haitianos, y estamos en todo nuestro derecho de no permitir una ola masiva de inmigrantes ilegales. Los terribles resultados de permitir se ejemplifican en otras naciones.

Este espaldarazo de Washington es el resultado de una administración que ha mantenido la estabilidad en tiempos de crisis globales. La República Dominicana se consolida como el mayor socio confiable de la región. La visita de Marco Rubio es un mensaje claro de que el país avanza y el mundo lo reconoce.