República Dominicana en el centro del mundo

La llegada del secretario de Guerra de los Estados Unidos a la República Dominicana ocurre en tiempos delicados, en los que la región del Caribe enfrenta tensiones en la alta política. El hecho de que Washington elija a la República Dominicana como punto de encuentro y coordinación no es casualidad. Es un reconocimiento tácito, pero contundente, de que el país se ha convertido en un territorio confiable en medio de un vecindario convulso.

La estabilidad social, política y económica de la República Dominicana no solo ha sido un logro interno, sino una plataforma que la proyecta como centro de gravedad regional. En tiempos donde varias democracias flaquean y otras luchan por sostener instituciones debilitadas, el país aparece como un referente de gobernabilidad y de diálogo. Esta posición, reforzada por la cooperación internacional y las alianzas estratégicas, permite que actores globales, como Estados Unidos, nos reconozcan como un aliado sólido para coordinar esfuerzos de acciones de seguridad y desarrollo en el continente.

Este rol implica responsabilidades, sí, pero también oportunidades. Debemos fortalecer alianzas, atraer inversión, aumentar la cooperación y seguir consolidando al país como un punto de equilibrio regional. En un Caribe que vive horas complejas, la República Dominicana se reafirma "como un faro de luz" y estabilidad.