La masacre en Haití

Se ha vuelto común asociar el término “violencia” con la realidad que vive Haití, pero lo sucedido en la zona de Wharf Jérémie, en Puerto Príncipe, es una barbarie que debería marcar un punto de inflexión para que la comunidad internacional pase de las ideas y propuestas a la acción concreta.

La masacre de 184 personas, en su mayoría envejecientes, perpetrada por una de las bandas que controlan el país, es uno de los crímenes más sangrientos dentro del caos que Haití ha enfrentado en los últimos años. Esta tragedia se suma a un saldo de más de 5,000 muertes provocadas por la crisis en curso, una cifra que continúa aumentando mientras la situación sigue fuera de control.

Es momento de que la ONU deje atrás las condenas verbales y pase a la acción. Las bandas que han tomado el control del territorio haitiano están destruyendo el país desde sus cimientos, y si esta situación persiste, Haití corre el riesgo de convertirse en una tierra de nadie. La intervención internacional no es solo necesaria, es urgente, para detener esta tragedia humanitaria y devolver al pueblo haitiano la esperanza de reconstruir su nación.