Seis muertos y bloqueos en medio del conflicto por candidatura de Evo Morales en Bolivia

Ruth Encarnacion | 15 junio 2025

La tensión en Bolivia sigue escalando en medio de una profunda crisis política, tras dos semanas de protestas encabezadas por seguidores del expresidente Evo Morales, que exigen su inscripción como candidato presidencial para las elecciones del 17 de agosto, a pesar de una inhabilitación constitucional y la pérdida de personería jurídica del partido por el que aspiraba competir.Los denominados “evistas” mantienen bloqueadas varias carreteras del país desde hace 14 días, lo que ha desencadenado violentos enfrentamientos con la Policía. El saldo hasta el momento: al menos seis personas muertas —cuatro agentes del orden y dos civiles— y más de 50 heridos.

Uno de los casos más alarmantes fue el asesinato de Vladimir Choque, un joven de 17 años acusado de ser informante policial, quien fue brutalmente golpeado hasta morir por manifestantes afines a Morales, según confirmó el ministro de Gobierno, Roberto Ríos. Otro civil falleció al manipular un artefacto explosivo durante los operativos de desbloqueo.

En respuesta, el presidente Luis Arce —distanciado de Morales desde 2021— ordenó el despeje total de las vías ocupadas, utilizando acciones conjuntas entre la Policía y el Ejército. Aunque muchas carreteras ya han sido liberadas, persisten bloqueos en regiones estratégicas como el centro del país.

Arce acusa abiertamente a Morales de intentar desestabilizar el país con el fin de forzar su candidatura, calificando su postulación como “inconstitucional”. Por su parte, Morales alega persecución política y denuncia que se pretende eliminarlo de la contienda con apoyo extranjero. Mientras tanto, enfrenta una orden de aprehensión por presunta trata de personas, debido a una relación con una menor durante su mandato.

En paralelo, el Tribunal Supremo Electoral advirtió que “fuerzas oscuras” estarían intentando impedir la celebración de las elecciones, y ya se han interpuesto ocho acusaciones formales contra Morales, entre ellas terrorismo, incitación al delito y obstrucción del proceso electoral.

En medio del conflicto, el expresidente permanece atrincherado en el Trópico de Cochabamba, su bastión político, resguardado por cientos de seguidores que impiden su captura.

El futuro electoral de Bolivia se ve hoy empañado por la violencia, las divisiones internas en el oficialismo y una creciente incertidumbre sobre la estabilidad institucional en los próximos meses.