Seguridad vial en crisis: un país que reacciona tarde y entierra sus ciudadanos temprano

Ruth Encarnacion | 15 junio 2025

Santo Domingo.- La República Dominicana enfrenta una de las crisis más alarmantes en materia de seguridad vial a nivel mundial, ocupando el primer lugar en muertes por accidentes de tránsito, con una tasa de 64.6 fallecidos por cada 100,000 habitantes, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, ante este panorama, surge una pregunta esencial: ¿Quién garantiza realmente la seguridad del ciudadano dominicano?

La realidad es que en el país predomina una cultura de reacción tardía en lugar de una planificación preventiva. Las tragedias que enlutan a miles de familias cada año suelen encontrar respuesta solo después de ocurridas, cuando ya es demasiado tarde.

Basta con recorrer las calles y avenidas del país para notar un paisaje de negligencia: vehículos en condiciones deplorables circulan sin control, camiones sin iluminación adecuada, autos particulares con luces alteradas y sin ningún tipo de fiscalización real. Los estándares mínimos de seguridad vial brillan por su ausencia.

Peor aún es la conducta impune de muchos conductores de vehículos pesados, que se sienten con el derecho de desafiar a los más pequeños en las vías, sin importar que transporten familias completas. ¿Quién los regula? ¿Dónde está la vigilancia efectiva?

A esto se suman condiciones inaceptables en la infraestructura urbana: hoyos en calles principales, alcantarillas sin tapas, avenidas oscuras y carreteras rurales sin iluminación alguna. Cada uno de estos factores ha cobrado vidas, incluyendo las de niños y trabajadores que, simplemente, salieron de sus casas a cumplir con su rutina diaria.

En lugar de acciones preventivas, se evidencia una apatía institucional, una falta de voluntad política y una descoordinación entre los organismos encargados de velar por el bienestar ciudadano. Las campañas de seguridad vial son esporádicas, los controles de tránsito son inconsistentes y las sanciones, cuando existen, pocas veces se aplican con rigor.

La pregunta sigue en el aire: ¿Dónde están las instituciones responsables de inspeccionar, fiscalizar y actuar antes de que ocurran estas tragedias? ¿Cuándo dejará de ser la República Dominicana el país donde la seguridad ciudadana se reacciona, pero no se prevé?

Es urgente construir un Estado que se fortalezca desde la prevención, la planificación y el respeto por la vida. Solo así podremos aspirar, algún día, a vivir en un país seguro, donde cada ciudadano sepa que su vida importa.