Seguridad en riesgo: Prohíben armas a militares mientras los delincuentes las poseen sin control

Ruth Encarnacion | 28 mayo 2025

Santo Domingo.-Recientemente, el Ministerio de Defensa de la República Dominicana emitió la circular 6-25, que prohíbe a los militares portar armas de fuego en lugares donde se expendan bebidas alcohólicas, como colmadones, drinks, bares y discotecas. Esta decisión, respaldada por el ministro Carlos Antonio Fernández Onofre y otras entidades del Estado, busca reducir los hechos de violencia y contribuir a la seguridad ciudadana. Si bien la intención es válida y se inspira en modelos exitosos de países como Alemania, Japón, Noruega, Suecia y Corea del Sur, la gran pregunta es: ¿está nuestro país preparado para aplicar una medida de esta naturaleza?

En esas naciones, el porte de armas está estrictamente limitado al ejercicio activo del deber militar. Una vez finalizado el servicio, las armas son devueltas y almacenadas bajo resguardo institucional. Además, el control sobre las armas de fuego en manos de civiles es severo, con licencias difíciles de obtener, evaluaciones psicológicas, revisiones periódicas y una clara distinción entre lo militar y lo civil. En cambio, la realidad dominicana es muy distinta a ese modelo.

Vivimos en un país donde un joven de apenas 16 años que comenzó a delinquir puede conseguir no solo una, sino múltiples armas ilegales. Donde el porte y tenencia de armas no está bajo un control riguroso, y cualquier civil puede adquirir una con relativa facilidad. Más aún, para muchos dominicanos que residen en el extranjero, comprar un arma al llegar al país es una de sus primeras prioridades, como si fuera un accesorio turístico mas, y son los primeros que llegan al país por los aires, faltándole el respeto a la autoridad.

Casos como el asesinato del sargento mayor Eddy Calcaño Castillo, quien murió en diciembre de 2024 al intentar frustrar un atraco a una banca de lotería, demuestran la crudeza del panorama. ¿De dónde obtienen los delincuentes las armas con las que cometen estos crímenes? ¿Cómo es posible que en un país donde la violencia cobra vidas de policías y militares con frecuencia, se esté discutiendo la desarticulación del único sector armado legalmente, sin antes enfrentar el enorme arsenal ilegal que circula en las calles?

La respuesta lógica sería que antes de limitar el uso de armas a los militares fuera de servicio, el Estado dominicano debe confizcar los millones de armas que estan en las calles de manera ilegal en manos de delincuentes.

Los países que RD quiere tomar como referentes –Alemania, Japón, Noruega, Suecia y Corea del Sur-, están fuertemente regulados y existen medidas estrictas y comunes que se aplican para controlar quién puede poseer un arma de fuego. Solo cuando el país recupere el control total del armamento civil y garantice que las armas ilegales estén fuera del alcance de los criminales, se puede evaluar con responsabilidad la idea de limitar el armamento de los militares fuera de sus funciones.

La seguridad no se fortalece debilitando a quienes la garantizan, sino desarmando a quienes la amenazan.

¿Cumple Republica Dominicana con este potencial?