RD no es un país para sacos

Max Herrera | 07 agosto 2025

Es gracioso que hable de este tema mientras uso uno, pero créanme, el calor que estoy pasando no me hace cambiar de opinión, al contrario: la refuerza. Aquí el sol no negocia con nadie y la humedad no perdona. Sin embargo, seguimos empeñados en mantener esta "armadura moderna" como símbolo de elegancia y seriedad, cuando lo único que simboliza, en muchos casos, es incomodidad, sudor y un deseo profundo de quitárselo en cuanto se acabe la reunión o actividad.

Por suerte, varios de los últimos gobiernos han preferido el uso de piezas más flexibles, como chachabanas, dejando atrás la obligación de los trajes completos, por lo menos en ciertos momentos. Pero aún quedan muchos estigmas y dificultades para los que queremos correrle a “la calor”. La presión social, las miradas inquisitivas y esa frase jodona —“así no te ves profesional”— siguen flotando en el aire, igual que el sudor detrás del cuello de quien se atreve a desafiar la norma.

Para explicar que existen altervnativas, quiero utilizar el caso de Australia, un país con el que no compartimos su gran cantidad de insectos y reptiles raros y venenosos (gracias a Dios), pero con el que sí compartimos un clima abundante en calor. Allá, históricamente, se ha ido adaptando el protocolo formal a la realidad ambiental. No es raro ver funcionarios, diplomáticos y hasta sus propios soldados vestidos con ropa ligera y corta, sin que eso afecte su autoridad ni el respeto que generan. Han entendido algo que aquí todavía nos cuesta: no es la tela lo que otorga seriedad, es el contenido.

De la misma forma que lo crítico, también considero que las armaduras medievales del pasado se han convertido en sacos y trajes, en el mundo moderno, y nos la colocamos en esos momentos especiales en que sabemos que tendremos una "guerra" que lidiar, pero nuestra realidad tropical sencillamente no lo permite con tanta facilidad.

Tal vez algún día, el saco será opcional sin que eso signifique “estar mal vestido”, para todos los grupos sociales. Mientras tanto, yo sigo aquí, aguantando "la calor"