¿Por qué hoy se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer?

Max Herrera | 25 noviembre 2025

Santo Domingo.- Cada 25 de noviembre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha dedicada a crear conciencia, reflexionar sobre los desafíos pendientes y reforzar el compromiso hacia sociedades más seguras y equitativas.

Su origen se encuentra en la República Dominicana, donde las hermanas Mirabal fueron asesinadas en 1960 por orden del régimen de Rafael Leónidas Trujillo. A partir de ese crimen, que expuso la brutalidad del poder autoritario contra voces disidentes, la historia de las Mirabal pasó a simbolizar la resistencia femenina frente a la opresión y la violencia sistemática.

El día se ha convertido en un llamado permanente para identificar, prevenir y erradicar las múltiples formas de violencia que todavía afectan a millones de mujeres en todos los continentes. Desde la violencia física y psicológica hasta la económica, sexual y digital, el fenómeno continúa siendo uno de los principales desafíos sociales de nuestro tiempo.

Un legado de resistencia contra la tiranía: las hermanas Mirabal

Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal nacieron en Ojo de Agua —hoy provincia Hermanas Mirabal— y crecieron bajo la sombra de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, un régimen sostenido por la represión, el control absoluto y el culto al líder. En ese contexto, las tres desarrollaron una firme conciencia política y ética frente a los abusos del sistema. Minerva, especialmente, mantuvo enfrentamientos directos con el dictador luego de rechazar avances personales que, según múltiples documentos históricos, marcaron el inicio de una persecución dirigida contra ella y su familia.

Con el tiempo, y a medida que aumentaba la brutalidad del régimen, las hermanas decidieron integrarse al Movimiento Clandestino 14 de Junio, junto a sus esposos y otros opositores. Desde allí impulsaron tareas de resistencia, distribución de material crítico, organización comunitaria y apoyo a quienes sufrían represalias. Su participación desafiaba no solo a una maquinaria política violenta, sino también a una estructura social profundamente machista que relegaba a las mujeres al silencio y la obediencia.

El 25 de noviembre de 1960, tras visitar a sus esposos encarcelados, Patria, Minerva y María Teresa fueron interceptadas y asesinadas, alegadamente, por agentes enviados por el régimen. El intento de encubrir el hecho como un accidente no impidió que el país reaccionara con indignación, alimentando la caída progresiva del trujillato. Con los años, las “Mariposas” se convirtieron en un símbolo mundial de valentía y resistencia frente a la opresión, y su legado continúa inspirando luchas por la democracia, la justicia y los derechos de las mujeres.

Violencia de género: un desafío persistente

A pesar de los avances sociales, campañas educativas y políticas públicas, la violencia contra las mujeres continúa manifestándose en múltiples formas: física, psicológica, sexual, económica, etc. Según organismos internacionales, cada año miles de mujeres y niñas sufren agresiones dentro y fuera del hogar, enfrentan precariedad, exclusión social y dificultades para acceder a la justicia.

Estas situaciones se agravan cuando existen factores de vulnerabilidad adicionales, como la pobreza, la migración, la discapacidad o la discriminación racial.

El 25 de noviembre no solo recuerda a las víctimas, sino que insiste en la importancia de prevenir, atender y sancionar la violencia desde una perspectiva integral.

La necesidad de mantener la lucha auténtica y evitar desviaciones extremistas

En la actualidad, el debate en torno a los derechos de las mujeres se ha visto afectado en ocasiones por discursos polarizados o posiciones extremas que distorsionan el propósito original del movimiento. Este fenómeno puede generar confusión, fragmentación e incluso rechazo social, alejando el foco de los problemas reales que enfrentan las mujeres. La lucha auténtica —la que impulsaron figuras como las hermanas Mirabal— se centró en la defensa de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la justicia, no en la confrontación ideológica ni en la deshumanización del otro.

Preservar la esencia de ese legado implica mantener un enfoque equilibrado, basado en derechos humanos y en el respeto a la diversidad de opiniones. La causa por la igualdad no debe convertirse en terreno para agendas ajenas que resten credibilidad o profundicen divisiones sociales. Reconocer esto no significa desestimar el valor del feminismo, sino fortalecerlo desde la coherencia, la moderación y la responsabilidad.

La dominicana que logró que la ONU reconociera el asesinato de las Mirabal como un símbolo global

Cristina Aguiar Quezada, fue una figura diplomática dominicana que logró que la ONU declarara el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Impulsó con determinación la propuesta de República Dominicana para que el asesinato de las hermanas Mirabal se reconociera como un símbolo mundial contra la violencia de género, logrando que en 1999 la Asamblea General oficializara la fecha.

Aguiar fue una de las primeras mujeres dominicanas en representar el país ante
la ONU

La Especialista en Derecho Internacional Público y Derecho Constitucional, que ostentaba el título de doctora, presentó en 1997 la campaña para que la Asamblea General de las Naciones Unidas aceptara dentro del calendario de días internacionales el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Su legado permanece como uno de los aportes más significativos en la lucha para visibilizar el mensaje que en vida trataran de efectuar las hermanas Mirabal.