Petro y la insensatez

Por Edgar Raffa

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha demostrado una vez más que su ejercicio del poder es errático en sus acciones y sus reacciones. Ahora, esto se vio más profundizado en la nueva crisis ministerial surgida de la transmisión de un consejo ministros, propuesta por el mandatario, en la que esperaba quedar como el héroe de su “revolucionario gobierno”, pero el tiro le salió por la culata.

Vimos un Petro egocéntrico, insensato y con falta de liderazgo. No es la primera vez que su manera poco elegante, deja mucho que desear de lo que debería ser la figura de un presidente.

Recientemente, se enfrentó al polémico presidente estadounidense Donald Trump, porque no quería recibir los deportados colombianos que enviarían desde la nación norteamericana. Su falta de tino provocó una breve crisis diplomática, pero que estuvo a punto de poner en jaque aspectos importantes de la economía colombiana.

Al parecer, no ha entendido que la fase de ser candidato terminó y que debe ser un jefe de Estado, cosa que parece no asimilar. Los colombianos, en estos momentos en que la guerrilla ha vuelto al centro de sus principales problemas, necesitan de un líder centrado, no una persona conflictiva que no puede llegar a consensos ni con su propio equipo.

El señor Petro debería emular a sus correligionarios Boric y Lula Da Silva, quienes sí han separado la persona y las ideologías, para no poner en juego la estabilidad del Estado.

De seguir la cosa así, lo que quedará en su legado es una figura llena de odios, rencores e insensatez. Queda esperar reflexione, porque Colombia no necesita una trampa electorera, ni más odios o polarización; requieren de humildad para conseguir la anhelada paz y la cohesión social que hace tanto espera.