Petro

ElAvance | 24 abril 2024

Por Edgar Raffa

El pasado fin de semana miles de colombianos salieron a las calles a protestar en contra del gobierno del presidente Gustavo Petro; muchos de los manifestantes, cargados de frustración y decepción, vociferaban consignas como: “Fuera Petro”. El fracaso en impulsar reformas y conseguir consensos, la errática política diplomática y la actitud del mandatario, han sido el principal motor de las movilizaciones.

La manifestación, según varios medios, sumó el apoyo de casi 400 mil personas en diferentes ciudades del país. En la histórica Plaza Bolívar, un lugar donde se agrupan las sedes de los poderes del Estado en su capital, Bogotá, se congregaron unas 80 mil. El presidente, en lugar de reflexionar sobre la magnitud de las movilizaciones y el llamado que le hace la gente, ha tomado una actitud de rechazo en un tono arrogante ante los desacuerdos expresados sobre su gobierno.

Desde su asunción el 7 de agosto de 2022, el primer gobernante de izquierdas en ese país no ha podido consolidar su figura como un liderazgo unificador, pues lo persigue eternamente su pasado como miembro del M19, un grupo guerrillero comunista responsable de varias muertes y el asalto a un poder del Estado; a esto se le suma la intransigencia de Petro, que ha tenido que reeditar su gabinete en cuatro ocasiones por diferencias de criterios, baches e inicitivas estancadas. Su genio es tal, que su apuesta de un gobierno de coalición se ha tambaleado constantemente y otros se han bajado del tren.

Otra situación que ha causado ronchas y el desencanto de la población, es la incidencia cada vez más evidente de la primera dama Verónica Alcocer en asuntos de Estado, y hasta en la selección de los integrantes en los ministerios. También molesta que la esposa del presidente viaje constantemente gastando recursos excesivos con una amplia comitiva de integrantes.

Las aspiraciones de transformación de los colombianos luego de años de gobiernos conservadores y liberales no han sido cubiertas para las altas expectativas que prometió la gestión petrista. En la vereda queda para sus ciudadanos la espera del cambio que muchos votaron, y que no ha sucedido. Señor Petro, escuche a su pueblo. Escuche sus preocupaciones, solo así el sueño de una Colombia más equitativa llegará, si no la condenará a la polarización infinita. Los colombianos necesitan superar los fantasmas de un pasado doloroso y mirar a un futuro de convivencia para avanzar hacia una sociedad unificada y sin odios.





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