Open banking: ¿el próximo paso?

Por Diego García

Para una mirada al efecto que ha tenido la oferta de servicios financieros digitales en la banca tradicional, el Ranking de Digitalización del Sector Bancario Dominicano publicado por la Superintendencia de Bancos recoge, por ejemplo, que el 64% de las personas escogen su entidad principal para fines personales por la variedad de transacciones digitales, mientras que el 53% los escoge por menor costo en productos y servicios. En otras palabras, el cliente dominicano prefiere pagar más por tener canales digitales de calidad y variedad. Los diferentes proveedores parecen entenderlo e invertir en ello.

En ese sentido, luce interesante tanto para la banca tradicional como para los nuevos entrantes, e incluso para los reguladores explorar iniciativas de banca abierta. La banca abierta u open banking es la práctica de hacer disponible a cada usuario de servicios financieros su información financiera en forma ordenada y estructurada, generalmente a través de APIs (aunque existen otras opciones). En esquemas de open banking los usuarios pueden exportar su información financiera o dar acceso a ella a otros productores de servicio. Una forma alternativa de verlo es una práctica que hace que la información financiera del usuario sea interoperable entre diferentes proveedores.

Se ha escrito mucho sobre las diferentes ventajas del open banking para los usuarios, pero vale la pena resaltar una crucial: las prácticas de open banking habilitan a los diferentes proveedores a ofrecer al usuario una visión completa (y en algunos casos en tiempo real) de su situación financiera incluyendo todos los productos que mantenga con todos los proveedores (que tengan facilidades de open banking). En otras palabras, facilitan al usuario su planificación financiera, lo que debería llevar a mejorar la salud financiera del usuario promedio.

Es fácil caer en la trampa de pensar que un esquema de open banking facilita que el usuario se lleve sus datos y cambie al proveedor actual por uno distinto, quizá más barato. Sin embargo, los hallazgos del Ranking de Digitalización de la SB indican que este no necesariamente sería el caso. El cliente dominicano quiere este tipo de servicios, y vota con su cartera. Será interesante ver como los diferentes proveedores se comportan en torno a esta tendencia, que cada vez toma más auge en otros mercados, y cómo reaccionan los usuarios.