No es más "Duquesas", es fomentar el reciclaje

El reciclaje es un mecanismo idóneo para disminuir los niveles de basura a nivel regional

Santo Domingo.- En un país donde hay más bancas de lotería, que módulos de reciclaje en espacios públicos, no cuesta mucho entender el porqué de algunos dilemas esenciales para asegurar una calidad de vida adecuada, como es el cumulo de basura, grave dilema sanitario que afecta a diversas comunidades y regiones del territorio nacional.

Los "buzos" de Duquesa, como se conoce a los recolectores informales que se aventuran en los vertederos en busca de materiales reciclables, al igual que los "botelleros" que recorren calles, playas y otros espacios públicos en busca de botellas y otros materiales reciclables que puedan vender a las plantas de reciclaje locales, de forma tal vez indirecta, colaboran al bienestar del medio ambiente, al fomentar el reciclaje, al recoger deshechos y venderlos.

Recoger botellas de vidrio se ha convertido en una actividad crucial para la subsistencia de numerosas personas de un nivel socioeconómico humilde, en el país, especialmente para chiriperos y mendigos que dependen de esta labor para obtener ingresos. En un contexto donde el desempleo y la informalidad son desafíos persistentes, la recolección de botellas representa una oportunidad accesible y significativa para ganarse la vida. El valor económico de estas botellas no debe subestimarse; incluso pequeñas cantidades pueden traducirse en ganancias que son vitales para cubrir necesidades básicas como alimentación y vivienda.

-Vertederos eternamente en llamas

En el país, la gestión de residuos sólidos representa un desafío monumental que impacta directamente en la salud pública y el medio ambiente, uno de estos puede ser la ocurrencia de incendios en vertederos, como los que han ocurrido en Duquesa, que no solo generan contaminación atmosférica con emisiones tóxicas, que representan un riesgo para la salud de los residentes cercanos, exacerbando problemas respiratorios y otras enfermedades relacionadas con la exposición a humos y partículas contaminantes. Las autoridades ya están trabajando en evitar combustiones como las ocurridas en fechas pasadas, que han afectado a todo el Gran Santo Domingo, más es el cuidado de estas áreas delicadas para el medio ambiente ha de ser continuo.

Las causas de estos incendios pueden variar, desde condiciones inadecuadas de manejo de residuos hasta la combustión espontánea debido a la acumulación de gases inflamables. La gestión inadecuada de los residuos y la falta de infraestructura adecuada para la disposición de basura son factores subyacentes que contribuyen a la frecuencia de estos incidentes.

-La industria del alcohol reutiliza los envases que recogen los recicladores y botelleros

La industria del alcohol en la República Dominicana ha encontrado en la recolección de botellas de vidrio una oportunidad para mitigar la crisis de suministro global que enfrenta. Debido al aumento en la demanda de productos durante la pandemia, las botellas de vidrio están tardando más en retornar a las plantas de producción, lo que ha generado escasez y ha elevado los costos de fabricación y distribución.

El país exporta una considerable cantidad de residuos, incluyendo metales, chatarras, plásticos, caucho, vidrio y otros materiales, lo que genera más de US$100 millones anuales según datos de la Dirección General de Aduanas (DGA).

Estos residuos son enviados a diversos países, siendo Estados Unidos el principal destino para desechos de petróleo y aceites, así como para caucho. Los plásticos se exportan a 33 países diferentes, incluyendo a potencias como China y Corea del Sur. El vidrio, por su parte, se dirige hacia países como Perú, Costa Rica y Guatemala, mientras que los metales se distribuyen principalmente entre Corea del Sur, Taiwán, Bangladesh, Tailandia, Vietnam, China y Estados Unidos.

Por otro lado, el bajo costo al que estos residuos son adquiridos por los países compradores plantea interrogantes sobre la equidad y el valor justo de estos recursos. Muchas veces, los materiales reciclados se exportan a precios inferiores a los que podrían alcanzar en mercados locales más desarrollados, lo que genera beneficios para los compradores pero podría limitar las ganancias potenciales para los recicladores locales.

En el caso específico del vidrio, un material que representa un pequeño porcentaje de las exportaciones totales de residuos dominicanos, se destina principalmente a países como Perú, Costa Rica y Guatemala. La recuperación y reutilización de vidrio por parte de la industria local, especialmente impulsada por empresas como Cervecería Nacional Dominicana, juega un papel importante en la sostenibilidad ambiental y económica del país.

Este panorama muestra cómo la demanda global de materiales reciclables y la crisis de suministro han influido en las políticas y estrategias empresariales en el país. El aumento en el precio de las botellas retornables no solo beneficia a los recolectores locales, sino que también asegura un flujo constante de materiales para las industrias locales e internacionales.

-Necesidad de mayor educación y fomento estatal al reciclaje

La falta de educación ambiental es otro obstáculo importante. Aunque ciudades como Santo Domingo y Santiago muestran una mayor conciencia sobre el reciclaje, en gran parte del país persiste una cultura de desecho y consumo irresponsable. Iniciativas educativas y campañas de sensibilización son fundamentales para cambiar esta mentalidad y promover prácticas sostenibles desde la base de la sociedad dominicana.

Empresas locales están empezando a ver el valor económico del reciclaje. Desde la transformación de plásticos reciclables en productos como fundas y poncheras hasta la exportación de materiales recuperados, estas iniciativas no solo reducen la dependencia de la exportación de desechos, sino que también generan empleos y promueven un desarrollo económico más equitativo y sostenible.

Es fundamental que el gobierno y el sector privado trabajen en conjunto para fortalecer las infraestructuras de reciclaje y establecer políticas que fomenten prácticas responsables de gestión de residuos. Esto incluye la expansión de los puntos de reciclaje accesibles, la implementación de incentivos para la industria del reciclaje y la mejora de las condiciones laborales de los recicladores informales.