Observatorio confirma baja tasa de homicidios en El Salvador por medidas “autocráticas” de Bukele

Max Herrera | 30 abril 2025

El Salvador.- Un informe del Observatorio Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (OUDH de la UCA) confirmó el martes una disminución en el número de homicidios en El Salvador, pero advirtió que el país se encamina hacia un modelo de gobierno autocrático.

La política de mano dura del presidente Nayib Bukele ha dejado como resultado la detención de más de 85.500 personas por cargos de pertenencia o asociación a pandillas.

Gabriela Santos, directora del Instituto de Derechos Humanos (Idhuca) de la institución, destacó en conferencia de prensa el descenso en el número de asesinatos en la nación centroamericana, pero aseguró que el Estado no puede convertirse en uno de los principales agresores contra los derechos humanos.

El organismo destaca su “preocupación” ante una “tendencia del gobierno” para “invisibilizar o minimizar las violaciones generadas desde el Estado, difundiendo un discurso donde El Salvador se quiere mostrar como un país ejemplar en términos de políticas de seguridad y de recuperación de espacios y territorios”.

“Sabemos que los homicidios han bajado, es un hecho que la percepción de seguridad es distinta, pero no se puede permitir que el Estado se convierta en el victimario y el que vulnera el derecho a la vida, sustituyendo a las pandillas”, manifestó Santos.

Según el estudio, se registraron 243 muertes violentas en 2024, incluidos 114 homicidios intencionales reportados por la Fiscalía General de la República (FGR) y 114 muertes decesos al interior de centros penitenciarios según el Socorro Jurídico Humanitario (SJH).

Esto significa una disminución continua en la tasa de asesinatos por cuarto año consecutivo desde los 1.341 que se registraron en 2020 —22,2 por cada 100.000 habitantes— a 243 el año pasado, es decir, 4 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Santos dijo que si coincidieran con el discurso del gobierno, el cual destaca continuamente una mejoría en la situación de seguridad y un descenso en la tasa de homicidios, “entonces el régimen de excepción como tal ha perdido su razón de ser”, porque no hay una razón grave que justifique su permanencia.