Magín: Cuando el cambio busca refugio en la experiencia

ElAvance | 16 julio 2025

 Giancarlo Marichal Duluc, M.P.A. Hay en los actos públicos una ficción silenciosa, un teatro invisible que no se aprecia en los decretos ni en los aplausos de los partidos. Esta semana, un hombre ha sido llamado a sentarse en el Ministerio de Hacienda, ese espacio intangible donde las necesidades colectivas se traducen en decisiones y el futuro se define no con sueños, sino con renuncias y prioridades.
El hombre se llama Magín Díaz.
Durante años, Magín fue una figura central del engranaje estatal. Sin embargo, en los últimos tiempos, se había convertido en un observador en los márgenes, alguien que desde la distancia señalaba con serenidad el desorden del gasto, los desvíos de prioridades y los riesgos silenciosos que se esconden cuando se gobierna mirando solo el corto plazo.
Hoy, ese mismo hombre regresa al centro. Pero lo curioso —y acaso lo más revelador— es quién lo llama: un presidente que en su ascenso prometió renovación y ruptura, que criticó con vehemencia los excesos y desórdenes de gestiones pasadas…La política, como siempre, nos recuerda su capacidad infinita para dar vueltas en círculos, para negar en la tribuna lo que más tarde abraza en la práctica.

 Me pregunto si en sus noches en la oficina, cuando se apague el murmullo de los pasillos, Magín recordará las advertencias que hizo desde la distancia. Recordará las veces que pidió orden, racionalidad, equilibrio. Y me pregunto también si podrá sostener esa claridad ahora que el deber le exigirá no solo advertir, sino decidir.
Confieso que esta designación me gusta. Me agrada ver que, al menos esta vez, la preparación se impone sobre la improvisación, y el conocimiento sobre la militancia.
Le deseo suerte y firmeza. Suerte porque la necesita cualquier persona que asume un rol tan complejo, y firmeza porque el desafío más difícil será mantenerse coherente, incluso cuando la presión política empuje en sentido contrario.
Si le va bien, nos irá mejor a todos. Y eso debería ser siempre la medida de cualquier gestión.