Los Kamikazes mamey del transporte público

Max Herrera | 21 marzo 2025

Se trata de una mezcolanza entre Toretto de la saga de "Rápido y Furioso", Speed de "Speed Racer", "Mad Max" y hasta el cepillo de "Herbie a toda marcha". Ese es el tipo de mentalidad que, me atrevo a decir, predomina entre la mayoría de los choferes del transporte que hacen "carreras" por las calles de Quisqueya. El caso de los conchos es el más notable, pero también aplica a sectores de motoconchos, guaguas, voladoras… e incluso casos del transporte privado, como aquellas compañías que suelen llevar el apellido "Express" y que muchas veces circulan por encima del límite de velocidad en rutas urbanas e interurbanas.

El transporte público en la República Dominicana se ha convertido en una especie de jungla donde rige la ley del más fuerte, o en este caso, del más temerario. No es raro ver a los choferes de carros públicos y guaguas manejando con una mezcla de prisa y temeridad que podría calificarse de suicida. Se han ganado, con razón, el apodo de "kamikazes"… Algunos mameys (por ser un color común en los vehículos de fabricación coreana que con el tiempo desplazaron a los Toyota Corolla de antaño), otros blancos, verdes y de infinidad de colores, más manteniendo un patrón, en su mayoría, de imprudencia en las calles.

El término "kamikaze" proviene del japonés y se refiere a los pilotos suicidas del imperio japonés que durante la Segunda Guerra Mundial, en un acto de fanatismo y entrega total, estrellaban sus aviones contra objetivos enemigos. Su misión era una sentencia de muerte, pues no tenían intención de regresar. La forma en que los conductores desafían el peligro en las calles se asemeja en carácter a la mentalidad de estos combatientes, pues conducen como si la autopista fuera su último campo de batalla.

Es urgente que se implementen medidas serias para frenar esta situación. Se necesita una reforma real en el transporte público que incluya desde la profesionalización de los choferes hasta un sistema de monitoreo eficiente que sancione las violaciones a las normas de tránsito. Además, es fundamental que la población tome conciencia y exija un servicio seguro y digno.

Los "kamikazes mamey" no pueden seguir siendo dueños de la vía pública. La seguridad vial es un derecho de todos y no debe estar en manos de quienes conducen para destruir barcos de guerra para el extinto imperio japonés de antaño.