Afganistán sigue el ejemplo de Haití: construcción de canal desata tensiones por agua en Asia Central

Kabul, Afganistán.- El grupo extremista Talibán, que controla Afganistán desde agosto del 2021, construye el canal de irrigación "Qosh Tepa", realidad que podría causar un grave déficit hídrico en los países centroasiáticos vecinos, situación que se asimila al conflicto que viven República Dominicana y Haití por las aguas del río Masacre.

"Qosh Tepa genera conflictos y en caso de que su construcción no sea adecuada, conducirá a consecuencias negativas", declaró el politólogo uzbeko Abdusamat Jaidárov en una conversación con representantes de varios países centroasiáticos dedicado al impacto de este canal.

El canal, del cual ya han sido construidos 108 de los 285 kilómetros previstos en el proyecto, tomará del Amu Daria, el mayor río de Asia Central y Afganistán, unos 25,000 millones de metros cúbicos anuales de agua, reduciendo considerablemente el caudal que llega al resto de los países de la región, constató el analista.

Los talibanes construyen el canal con tecnologías obsoletas, lo cual podría conllevar a grandes pérdidas de agua debido a fugas, por lo que el experto uzbeko llamó a dialogar con los talibanes e incluso enseñarles el uso de nuevas tecnologías, que reviertan esta situación.

Lo que ocurre en Afganistán resulta muy referencial para los habitantes de La Hispaniola, isla que comparten República Dominicana y Haití, porque esta última nación también construye un canal sobre un cuerpo de agua compartido por los dos Estados, el Río Masacre, activando las alarmas de los quisqueyanos.

Este proyecto, bajo la fachada de un deseo público, en realidad responde a los intereses de un sector privado en Haití que busca aumentar sus cultivos agrícolas, según ha explicado el gobierno dominicano. Algunos especulan que la obra que levantan es para suministrar agua a una mina de oro cercana.

En respuesta a esta situación, el presidente dominicano ha tomado medidas para proteger la frontera, incluida la construcción de un muro fronterizo con la ayuda de una firma israelí. Esta acción busca fortalecer la seguridad y controlar el flujo ilegal de personas y recursos a través de la frontera, además de proteger los intereses y recursos del país.

Las autoridades dominicanas han señalado que este acto, de construir a la brava un canal, que "privatiza" el acceso hídrico de un cuerpo de agua compartido, representa un peligro tanto para la seguridad hídrica como para las relaciones fronterizas entre ambos países.

Al igual como han advertido las autoridades dominicanas, naciones vecinas de Afganistán han levantado su voz de alerta también para señalar que la construcción "ilegal" de este tipo de canales, afectará la disponibilidad de agua para estos países y puede tener impactos ambientales devastadores.