Inmigrantes en la República Dominicana: Más allá de los haitianos

Lorian Cuevas | 23 mayo 2025

Santo Domingo, RD.-La migración hacia la República Dominicana es un fenómeno que incide directamente en su estructura social, económica y política. Aunque el flujo procedente de Haití ha captado mayor atención por razones geográficas e históricas, el país ha recibido también inmigrantes de diversas nacionalidades, configurando una realidad migratoria más compleja de lo que suele percibirse.

Los datos más recientes sobre esta dinámica provienen de la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) de 2017, que registró 570,933 extranjeros residiendo en el país, lo que representaba en ese momento el 5.6 % de la población total.

De estos, el 87.2 % (497,825 personas) eran de origen haitiano, mientras que el restante 12.8 % estaba compuesto por ciudadanos de Venezuela, Estados Unidos, España y otras nacionalidades.

Este predominio de inmigrantes haitianos se explica por la cercanía geográfica y la prolongada crisis política, económica y social del vecino país. Sin embargo, en los últimos años, otras comunidades extranjeras han ganado presencia, especialmente en zonas urbanas, y participan activamente en sectores como el comercio, el turismo y los servicios profesionales.

Más allá de los números oficiales

Aunque la ENI 2017 reportó poco más de 10,000 ciudadanos estadounidenses residiendo en el país, cifras más recientes citadas por la exsubsecretaria de Estado de EE. UU., Wendy R. Sherman, en abril de 2023, estiman que hay más de 300,000.

En el caso de Venezuela, mientras el censo oficial contabilizaba alrededor de 26,000 migrantes, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) sostiene que hay más de 121,000 venezolanos en territorio dominicano, la mayoría sin estatus migratorio regular.

Estos migrantes, en su mayoría jóvenes, calificados y activos laboralmente, se concentran en áreas urbanas como Santo Domingo y el Distrito Nacional. A pesar de su potencial, enfrentan barreras como empleos informales, bajos salarios y dificultades para acceder a servicios públicos.

En el caso de la comunidad cubana, la Fundación Cubanos Unidos en República Dominicana (CuniRD) estima que residen en el país cerca de 20,000 personas originarias de Cuba, de las cuales entre 6,000 y 7,000 estarían en situación migratoria irregular. Muchos son profesionales que, ante la falta de documentación legal, se ven obligados a emplearse en el sector informal.

Migración irregular y precariedad laboral

Una parte significativa de la población inmigrante, especialmente los haitianos, vive en condición migratoria irregular. Su inserción laboral ocurre mayoritariamente en sectores informales como la agricultura, la construcción, el comercio ambulante y el trabajo doméstico. En estos espacios suelen enfrentarse a condiciones laborales precarias, con escaso acceso a derechos laborales o servicios básicos.

Pese a las adversidades, los inmigrantes contribuyen activamente al dinamismo económico nacional. Las provincias fronterizas como Pedernales, Dajabón y Elías Piña, y zonas turísticas como La Altagracia y el Distrito Nacional, se han beneficiado del aporte de esta fuerza laboral extranjera.

Un país que también emigra

República Dominicana no solo recibe migrantes; también exporta población. Se estima que más de 2.8 millones de dominicanos viven en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, España, Puerto Rico e Italia. Las remesas enviadas por esta diáspora representan una de las principales fuentes de ingreso del país.

Controversia internacional por las deportaciones

A partir del pasado año, el gobierno dominicano ha intensificado los operativos de deportación, centrados principalmente en ciudadanos haitianos en situación irregular. Esta política ha desatado críticas de organismos internacionales y defensores de derechos humanos, quienes han denunciado presuntas violaciones durante los procesos de repatriación.

Entre las principales denuncias de entidades como Amnistía Internacional están las detenciones arbitrarias, el uso de perfiles raciales y la deportación de personas nacidas en territorio dominicano, incluyendo mujeres embarazadas y menores de edad. Asimismo, AI y otras organizaciones han cuestionado la legalidad y el trato dado a los migrantes en centros de detención.

Política migratoria y seguridad nacional

La política migratoria dominicana se rige por la Ley General de Migración No. 285-04. En los últimos años, el gobierno ha reforzado los controles migratorios mediante la incorporación de nuevos agentes, la instalación de oficinas de verificación en todo el país y la digitalización de procesos para comprobar el estatus legal de los extranjeros.

A pesar de estos esfuerzos, la presión migratoria continúa aumentando, impulsada principalmente por la situación en Haití. Esta realidad obliga al Estado dominicano a mantener un delicado equilibrio entre la defensa de su soberanía y el respeto a los compromisos internacionales en materia de derechos humanos.

Un dilema regional sin respuestas simples

En 2025, la República Dominicana atraviesa uno de los momentos más desafiantes en materia migratoria. A la presión que genera el tema en sí mismo y los señalamientos que se le hacen al país desde el extranjero, se han sumado grupos nacionalistas que demandan al gobierno una aplicación estricta de su normativa migratoria.

En este contexto, el objetivo es equilibrar el cumplimiento de la ley con el respeto a los derechos humanos a fin de evitar el deterioro de la imagen del país a nivel internacional.

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