Feria del Libro y juegos escolares

ElAvance | 08 octubre 2025

Orlando Jorge Villegas
Comunicador & Político

En medio del ruido cotidiano, vale la pena detenerse en dos hitos de esta gestión que hablan bien del rumbo cultural y educativo–deportivo del país: la Feria del Libro y los Juegos Escolares. No son eventos aislados; juntos cuentan una historia sobre cómo se construye ciudadanía desde la lectura, la familia y la disciplina del deporte.

La Feria del Libro, organizada bajo el liderazgo del ministro de Cultura Roberto Ángel Salcedo, cumplió con lo esencial: ser un gran espacio para que la familia dominicana agotara una agenda cultural en un ambiente sano. Hubo orden, programación, participación y—lo más importante—no hubo ruidos ni desvíos ideológicos. No se intentó instrumentalizar la feria; se respetó su propósito: acercar a niños, jóvenes y adultos a los libros, a los autores y a la conversación cultural que nos enriquece. El balance es claro y público: actividades llenas, buena acogida y una experiencia que devuelve confianza en la política cultural bien gestionada.

En paralelo, el país vivió unos Juegos Escolares ejemplares, organizados por el INEFI bajo la dirección de Alberto Rodríguez, con sede en San Francisco de Macorís. Allí se ha hecho una inversión en infraestructura que ya se siente: canchas dignas, logística a la altura y una organización que roza lo olímpico por su nivel de detalle. Miles de estudiantes de escuelas públicas compitieron en distintas disciplinas con uniformes adecuados, utilería completa y una alimentación pensada para el rendimiento. Eso no es un lujo: es respeto al atleta escolar y a la escuela pública. Es enviar el mensaje de que el mérito, la disciplina y el juego limpio importan.

Conviene reconocer, además, el trabajo invisible de ambos eventos: docentes que acompañan, voluntarios que organizan, libreros que recomiendan, federaciones que norman y, sobre todo, padres que sostienen. Sin esa red, ni la feria convoca lectores nuevos ni los juegos forman mejores equipos. Ahí está el verdadero músculo social que debemos cuidar y fortalecer con continuidad.

Ambos eventos culminan con un reconocimiento que no es menor: el propio Presidente destacó los logros alcanzados. Y ojalá el país también los reconozca, sin prejuicios, y que estos dos hitos no queden como efemérides de calendario ni como recuerdos aislados. 

Porque una feria del libro bien llevada y unos juegos escolares bien organizados producen efectos reales: más hábitos de lectura, mejor salud mental, más sentido de pertenencia, menos ocio destructivo y más disciplina. No hablamos de discursos; hablamos de prácticas que impactan el aula, el barrio y la familia. Cuando Cultura y Deporte empujan en la misma dirección, ganan nuestros jóvenes… y gana la República Dominicana.