¿El fin de los partidos políticos?

ElAvance | 02 julio 2025

Jorge Amado Méndez

La organización Participación Ciudadana publicó recientemente un trabajo titulado ¨Diagnóstico del sistema electoral y de partidos de la República Dominicana: propuestas para la reforma de las Leyes No.18-33 de Partidos y No. 20-23 del Régimen Electoral¨. El documento es un estudio integral que aborda todos los aspectos del sistema electoral y de partidos, los cambios y reformas que se han implementado en los últimos años, así como las debilidades persistentes a pesar de los marcos legales que se han venido adoptando para la institucionalización del sistema.  

Particularmente me llamó la atención que, según la Encuesta en Cultura Democrática citada en el estudio, los partidos políticos son la institución peor valorada entre la ciudadanía y, adicionalmente, la encuesta Latinobarómetro, también citada en el documento, señala que un 42% de dominicanos considera que la democracia puede funcionar prescindiendo de los partidos y un 74% opina que los partidos funcionan mal o muy mal. 

En los dominicanos ha crecido una gran apatía a involucrarse en actividades políticas. No se sienten incentivados a participar. Por un lado, ese modelo de hacer  campaña –el modelo clientelar- que prevalece aún en la República Dominicana, y ningún partido político al parecer es indiferente a esa cultura de influenciar a aquellos grupos sociales que pueden ser apáticos al momento de ejercer el voto y , por otro lado, la falta de transparencia en el accionar interno de las organizaciones partidarias, tanto en el manejo y control de los gastos de campaña como en la escogencia de sus candidatos, para mi son las razones principales en las que radica la falta de estímulo y el debilitamiento de la confianza hacia los partidos políticos. 

Años atrás los militantes de los partidos políticos y los ciudadanos en general ciframos nuestras esperanzas en la implementación de un marco legal que coadyuvara al fortalecimiento e institucionalización del sistema. No podemos negar que a partir de la aprobación de las leyes de partidos políticos y la de Régimen Electoral hemos tenido avances importantes, sin embargo, es evidente que persisten muchas debilidades que debemos abordar de manera inminente para que no se siga deteriorando la confianza en el sistema. 

Con respecto a la transparencia en los gastos de campaña, el control y supervisión del financiamiento, es mucho lo que se ha hablado y debatido. La Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos creó un marco jurídico para regular el financiamiento público y privado, un sistema de supervisión y control, así como una limitación de gastos. Sin embargo, la ley no cuenta con las garras suficientes para imponer las sanciones condignas y así contribuir a promover una cultura de transparencia.  Sobre el modo de escogencia de los candidatos, ya me referí en un artículo publicado el 23 de abril 2024 https://hoy.com.do/democracia-o-encuestocracia/ en el que manifesté que el mecanismo de las encuestas ¨resquebraja la participación y la transparencia y debilita la legitimidad de los procesos. El método más democrático es medir fuerzas a través de un proceso comicial donde cada militante ejerza su derecho a votar, participe y se involucre en la elección de sus candidatos. Este mecanismo de elección contribuye a evitar el uso del dinero para influir y manipular voluntades y protege las estructuras partidarias de la infiltración de personas de dudosa procedencia y de cárteles de organizaciones ilícitas que buscan posicionarse en estructuras de poder y violentar la institucionalidad del país¨.  

En cuanto al clientelismo, creo que es la práctica que más incide en debilitar la legitimidad de un proceso electoral. Devalúa el ejercicio de la política, pervierte a los actores del sistema y subvierte la institucionalidad democrática.  Todos estos aspectos nocivos perjudican el sistema y contribuyen a crear el caldo de cultivo para los outsiders, que ahora con la sentencia del Tribunal Constitucional podrán tener mayores oportunidades de colarse en posiciones electivas. 

Por eso quiero insistir en que los partidos tienen que promover la cultura de la participación y transparencia, porque quiérase o no, son la base de la democracia y sus miembros están obligados a establecer los mecanismos necesarios para su modernización e institucionalización.  

Después de casi tres décadas militando en el sistema de partidos, reflexiono sobre la importancia de perseverar en la lucha por la preservación de los partidos políticos. Pese a los desafíos es crucial no cansarnos de luchar por su fortalecimiento. Como 

señala Moisés Naím en su libro “El Fin del Poder”, “Empujada por los cambios en la manera de adquirir, usar y retener el poder, la humanidad debe encontrar, y encontrará, nuevas fórmulas para gobernarse.” Esta idea me lleva a reflexionar sobre la necesidad de adaptarnos y encontrar nuevas formas de hacer política en un mondo en constante cambio.