El costo… ¿del combustible?

ElAvance | 22 mayo 2025

Por Karlo A. Pacheco Sterling

“El costo ‘e la vida sube otra vez

El peso que baja, ya ni se ve […]”

-Juan Luis Guerra, (1992)

Así reza la canción del intérprete dominicano, la cual, pese a haber sido publicada a principios de los 90s, cargada de una incisiva crítica social y de referencias exactas al panorama político y económico de su época, aún se siente demasiado vigente a la luz de una crisis global en los estándares y los costos de vida. 

En este contexto global marcado por incrementos generalizados en los precios de la canasta básica y fuertes distorsiones causadas por fluctuaciones migratorias nunca vistas, República Dominicana no se erige como una excepción, sino una demostración cabal de la regla. La aceleración en los precios de la mayoría de los bienesy servicios que resultó de las políticas expansivas adoptadas durante el período de recuperación postpandemia y que a su vez ha conducido a la presencia de altas tasas de interés, propone un panorama complicado para inversionistas y consumidores que se enfrentan a altos niveles de precio y a un alto costo de endeudamiento.

A la luz de lo anterior, se podría interpretar como un resquicio de esperanza que, resultante de un ambiente geopolítico incierto e inestable, los precios del petróleo hayan demostrado una tendencia bajista sostenida la cual debería contribuir al abaratamiento de los precios del combustible para el dominicano promedio, pero ¿Qué ha pasado con esto? Y ¿por qué (spoiler) este no ha sido el caso?

Al observar el gráfico anterior, la respuesta a la primera pregunta se vuelve aparente; luego de experimentar precios máximos de RD$ 293.60/galón (para la gasolina premium) cuando el barril de petróleo se encontraba en su máximo de los últimos 10 años (US$ 119.09), el precio del petróleo en marzo-2025 descendió hasta los US$ 69.92/barril, una disminución de un 41%, mientras que el precio de la gasolina premium, en este mismo período a penas disminuyó un 1.2%, una cifra irrisoria. En cuanto a la segunda pregunta, la respuesta resulta un poco más complicada. 

Mientras el precio de los combustibles incrementaba rápidamente a inicios del 2021, el gobierno tomó la (en ese entonces) acertada decisión de establecer un control de precios de cara al consumidor final, a través de una serie de subsidios otorgados por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (en adelante, MICM).

Estos subsidios efectivamente escudaron a la población de sufrir de manera directa los efectos más adversos del esquema de libre fluctuación de precios que imperaba hasta ese entonces, a medida que los precios del barril del petróleo escalaban sin un techo claro a la vista. Sin embargo, de esta bien intencionada y oportuna medida, queda poco semblante en lo que hoy es efectivamente un permanente escape para recursos públicos sin beneficios claros o aparentes para los contribuyentes. Pese a la notable disminución en los precios del petróleo, únicamente en marzo de 2025 el MICM pagó un estimado de RD$ 2,347 millones en subvenciones a los combustibles, luego de haber pagado un estimado de RD$ 16,433 millones por este mismo concepto durante el 2024. 

En vista de lo anterior, es natural preguntarse si el esquema de precios subvencionado ha sido beneficioso para el pueblo dominicano, y si bien esta es una pregunta difícil de responder con exactitud, podemos aproximarnos a una respuesta. Para ello partiremos de la suposición de que, si los precios hubieran fluctuado,habrían mantenido el mismo comportamiento que exhibieron entre enero-2015 y agosto-2021, cuando estimamos que entró completamente en efecto el control de precios; esto quiere decir que por cada incremento de US$ 1.00 en el precio del barril del petróleo, el galón de gasolina premium habría experimentado un incremento de RD$ 1.70, y que el precio del galón de gasolina hubiera tenido un piso de RD$ 127.44, independiente de las fluctuaciones del precio internacional del petróleo (este último precio se irá indexando conforme a la inflación subyacente de la República Dominicana, para acercarnos a la realidad). 

Al observar la gráfica anterior, sale a relucir que, si bien el control de precios fue una medida beneficiosa durante la primera mitad del 2022 cuando los precios internacionales del petróleo llegaron a su máximo de los últimos 10 años, generando un ahorro estimado de hasta RD$ 41.04 por galón de gasolina, muy pronto este subsidio aparenta haberse tornado en una medida costosa y poco efectiva. Desde septiembre-2022, los precios del barril retornaron a niveles que nos habrían permitido acceder a mejores precios que los imperantes bajo el esquema de control de precio. Estimamos que a inicios de 2023 el pueblo dominicano llegó a pagar un sobreprecio de hasta RD$ 39.91 por encima de lo que habríamos pagado bajo un esquema de libre fluctuación, y que aún a la fecha, desde 2022, pagamos en promedio más de RD$ 20.00 por encima de lo que sugerirían los precios internacionales, esto sin tomar en consideración el costo fiscal que representan estos subsidios para los contribuyentes. 

Entonces, ¿por qué no han bajado los precios locales del combustible? En enero-2023, el ministro de hacienda, Jochi Vicente, al ser abordado sobre este tema indicó que la principal razón por la que el precio de la gasolina no disminuía eran los mismos subsidios que el gobierno otorga para mantenerlos fijos. Si esta respuesta parece confusa, es porque lo es. Desde aquel entonces, hace ya más de dos años, el precio del petróleo ha seguido disminuyendo, mientras que el galón de gasolina ha permanecido prácticamente inalterado. 

En resumidas cuentas, hay quien dice que el arte imita la vida, y a su vez, la vida imita al arte. Hoy imitamos un reclamo de hace más de tres décadas, lo único que sin un ritmo tan contagioso y sin pareja de baile a la vista. El costo de la vida va en aumento, y aquel raro precio que baja, nadie lo aparenta ver. Difícil saber qué pensar de todo esto, pero ¿acaso a alguien le importa qué piense usted?





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