El cambio debe llegar a la comunicación

ElAvance | 19 agosto 2025

Carlos Pérez Tejada

Una de las aristas más importantes de todo gobierno es la comunicación, pues es el canal mediante el cual los gobernantes informan y se relacionan con los ciudadanos. El presidente Abinader ha hecho un cambio completo a su equipo de comunicación. Mientras todos nos preguntamos y esperamos transformaciones en la estrategia comunicacional, aquí comparto algunas sugerencias, para tomar o dejar, que podrían considerar las nuevas autoridades de la comunicación en el Palacio de la avenida México.

No exponer tanto al presidente

Desde el inicio del gobierno del PRM, quedó claro que el vocero sería el propio presidente, y no tanto su equipo de comunicación. Esto fue un cambio radical con respecto a la fórmula que utilizaban los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Sin embargo, esta estrategia ha demostrado no ser sostenible, pues el presidente termina pasando más tiempo dando explicaciones que comunicando datos e informaciones puntuales y memorables.

¿Semanal, quincenal, mensual?

“La Semanal con el Presidente” es una idea genial y representa una oportunidad única para que el presidente se dirija directamente a la prensa. Este es, probablemente, el ejercicio democrático en favor de la prensa más relevante que hayamos tenido en el país en décadas. Sin embargo, este espacio presenta ciertos fallos que pueden ser corregidos. Si bien su intención original era marcar la agenda de la semana, ha terminado siendo una especie de rendición de cuentas o un mecanismo de defensa de los problemas de la semana anterior. A esto se suma que las preguntas de los periodistas muchas veces no tienen relación con el tema tratado. Algunas de estas preguntas, por su “gracia”, acaparan toda la atención y eclipsan el contenido más importante que presenta el mandatario.

También vale la pena repensar si la periodicidad semanal sigue siendo la más adecuada. Tal vez una frecuencia quincenal o mensual permitiría una preparación más estratégica y contenidos de mayor impacto.

Una comunicación centralizada

La “democracia comunicacional” se convirtió en anarquía, cada ministerio e institución pública ejecuta su estrategia comunicacional al margen de lo que comunica el gobierno central. Si bien es positivo que cada institución tenga su propia agenda, la comunicación gubernamental debería alinearse bajo una directriz unificada. Esto evitaría el bombardeo de mensajes que terminan por no lograr su objetivo principal, el de informar y marcar la conversación pública. Al final, el gobierno informa tanto… que desinforma.

No matar la noticia

De lo anterior se deriva otro problema, evitar lanzar tres o cuatro noticias al día. Esta práctica genera confusión en los públicos y, como se dice en las redacciones, “una noticia mata a la otra”. Además, complica la tarea de enfocar la atención ciudadana en cuál es la noticia realmente importante del gobierno.

El gobierno debe salir a defender

La dinámica de tener al presidente como único vocero, sumada a la “democracia estratégica” que permite a cada institución comunicar por su cuenta, ha dejado la defensa del gobierno exclusivamente en manos del mandatario. El nuevo reto es alinear a los funcionarios de otras instituciones públicas a integrarse a la estrategia comunicacional del Palacio, y que sean ellos quienes visiten los medios semanalmente, defiendan la gestión y aporten datos relevantes.

No politizarlo todo

Una parte de la estrategia ha consistido en un bombardeo constante de información, lo cual ha generado la percepción de que todo se politiza. Considero un error lanzar temas políticos los días como viernes o sábados, el dominicano también necesita desintoxicarse de la política y disfrutar sus días sin sobresaltos informativos. La nueva estrategia debería comunicar menos, pero de forma más estratégica y puntual.

Olvidar el pasado

Otro aspecto que mejorar es el carácter reactivo de la comunicación, cayendo frecuentemente en la trampa de la oposición. Esto solo oxigena a los adversarios políticos y les otorga visibilidad. El gobierno debe enfocarse en gobernar, en mostrar resultados, y dejar de responder cada comentario o publicación en redes. Para eso está el PRM, no el Estado.

Estas no son ideas nuevas, no estoy inventando la rueda. Tampoco son recomendaciones exclusivas para la actual gestión; podrían aplicarse a cualquier administración. Pero la realidad es que esta nueva etapa debe marcar una ruptura con estrategias pasadas que, aunque útiles en su momento, ya no son sostenibles. Si tuviera que quedarme con dos recomendaciones, serían: disminuir la exposición del presidente, dejándolo solo para los grandes anuncios, y centralizar la comunicación bajo una línea coherente, en la que todos los ministros y funcionarios sean parte activa de su defensa.