Eficientización de las EDES: ¿habrá luz al final del túnel?

Victor Herasme | 04 octubre 2024

La historia de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (Edeeste, Edenorte y Edesur) inicia a finales de la década de 1990. En ese entonces, el presidente Leonel Fernández impulsó el proceso de capitalización
del sector eléctrico nacional.

De manera concreta, las EDEs se conformaron en el marco del Proyecto de Ley de Capitalización de varias
empresas del Estado Dominicano, propuesto por el Poder Ejecutivo en 1996 y aprobado en junio de 1997.
Se creó la Comisión para la Reforma de la Empresa Pública (CREP) con la Ley 141-97, con la principal tarea de “acabar” con los apagones y eliminar en el mediano plazo la no viabilidad financiera del sistema eléctrico.

Estas iniciativas buscaban impregnar nuevos aires a un sistema energético altamente ineficiente y deficitario, que era administrado en su totalidad por el Estado a través de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE). La premisa se basaba en que al inyectar recursos privados al área de la distribución eléctrica, podía lograrse una mejora significativa en el precario servicio que se suministraba a la población en ese momento.

El resultado de este proceso fue tan decepcionante, que a partir del año 2003 el Estado empieza a asumir
nuevamente el control total de las tres empresas distribuidoras, empezando por Edenorte y Edesur, y finalizando la adquisición total en el 2007 con Edeeste.

Pérdidas, préstamos y subsidios

La ineficiencia de las EDE queda establecida en el Informe de Desempeño elaborado por el Ministerio
de Energía y Minas, el cual determinó que a junio del 2024 las pérdidas totales acumuladas por las distribuidoras alcanzaron el 37.2%, con un incremento de 2.6 puntos porcentuales contra el año pasado. Significa que de cada 100 GWh de energía comprada las EDE perdieron el equivalente a 44 gigavatios-hora (GWh), lo que equivale a unos US$608.7 millones solo por pérdidas de energía comprada y no cobrada a los usuarios.

Es importante notar que desde el año 2009, el índice de pérdidas de las distribuidoras ha aumentado en 10 puntos porcentuales, con las pérdidas comerciales promedio situadas en 27.51% de acuerdo a los
reportes del sector correspondientes a ese año.

El déficit de las EDEs obliga al gobierno a destinar una enorme cantidad de recursos en subsidio eléctrico. En el 2023 las transferencias del Presupuesto al sector energético alcanzaron los 84,761.2 millones de
pesos, equivalentes a más de 1,400 millones de dólares. Este año el monto pudiera ser superior.

El experto en proyectos energéticos, Bernardo Castellanos, explicó a El Avance, que solo en el año 2004, bajo la administración de César Sánchez, la Empresa Distribuidora de Electricidad del Sur (Edesur), logró obtener una ganancia de 200 millones de dólares.

Precisa que en cambio, durante la gestión del empresario Celso Marranzini como vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) de 2009 a 2012, las EDE registraron pérdidas anuales superiores a los 300 millones de dólares.

Asimismo, desde su creación, el Estado ha obtenido préstamos por miles de millones de dólares con instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y el Banco Europeo de
Inversiones. Solo en los últimos cuatro años, el Poder Ejecutivo ha solicitado seis créditos por un monto de 1,279 millones de dólares para mejora de redes y compra de medidores y otros suministros buscando eficientizar la gestión de las compañías de distribución de electricidad.

Suficiente capacidad instalada

El Ministerio de Energía y Minas reportó que el pasado mes de
junio se registraron niveles históricos en el consumo eléctrico en
el país. La institución informó que el miércoles 26 del referido mes a las 9:00 p.m., creció la demanda de la potencia hasta 3,662.27 megavatios, la cual fue abastecida en su totalidad por el sistema eléctrico.

La institución precisó que hasta la fecha señalada, ese ha sido el mayor crecimiento del consumo de energía a nivel nacional. Mientras la demanda de energía superó en junio los 3,600 megavatios,
la capacidad total instalada en el país es 5,688.8, en tanto que la disponibilidad real promedio alcanza
los 4,454.6, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

Esta información demuestra que el problema de las interrupciones en el servicio energético que por décadas ha padecido la población ya no se deben a un problema de generación, sino más bien a las debilidades que afectan al sistema de distribución.

¿A qué se debe el fracaso de las EDE?

Bernardo Castellanos, atribuye el historial de fracasos de las EDE a múltiples factores. En un documento que publicó en el año 2011, Castellanos detalla 31 causantes que provocaron la debacle del proceso de capitalización de las distribuidoras de electricidad.

Estas son algunas de las razones que destaca el especialista en el estudio titulado ‘¿Por qué fracasa la capitalización del sector eléctrico?’:

  • Para empezar, porque fue un proceso excluyente, en el cual no se dio participación a ninguna persona que tuviera ideas y propuestas contrarias al modelo que se quería adoptar. Los principales técnicos dominicanos conocedores de la problemática del sector eléctrico fueron marginados de ese proceso, por el simple hecho de cuestionar el mismo.
  • Fue un proceso que se implantó sin que en el país existiera una ley y un marco regulatorio que normara y gestionara el nuevo modelo que se implantaba.
  • Hubo una sub valoración de los activos de las empresas para evitar la declaración desierta del proceso de licitación, ocasionando pérdidas extraordinarias al patrimonio nacional.
  • El proceso fue diseñado para favorecer la generación a base de plantas de bajo costo inicial y
    rápida instalación, en perjuicio de la generación de mayor costo de inversión, mayor período de
    instalación, pero con menor costo de producción del Kilowatt-hora.
  • Con esta reforma se estableció un precio inicial de compra de energía en los contratos entre generadores y distribuidores, por encima de los precios de mercado prevalecientes.
  • El proceso penalizó a la distrbución – comercialización, ya que mientras se producía una indexación mensual en el precio de compra de energía de los distribuidores a los generadores, la tarifa eléctrica se congelaba, con lo cual se afectaba el flujo de caja de las distribuidoras, obligando al Gobierno a otorgar subsidios cada vez mayores para evitar el colapso financiero del sector eléctrico.
  • El proceso no estableció las correspondientes penalidades al sector privado por incumplimientos
    en la responsabilidad de la administración eficiente de las empresas capitalizadas.

El plan del gobierno para rescatar las EDEs

A pesar de haber sido un ente clave y director del sector eléctrico, y que entre los resultados de su gestión quedó el crecimiento de las pérdidas de las distribuidoras , que superaron los 300 millones de dólares al año, Celso Marranzini fue designado como presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), a inicios del 2024.

En 2011, Celso Marranzini declaró que las pérdidas de las empresas distribuidoras ascendían a 328 millones de dólares. Hoy en día esa suma llega a 600 millones de dólares. El pasado 21 de agosto, Marranzini, presentó un plan integral para la modernización y eficiencia del sector de distribución eléctrica. El proyecto, diseñado con el apoyo del Gabinete Eléctrico, prevé una inversión superior a los 650
millones de dólares financiados por organismos multilaterales y se enfoca en la reorganización de
las empresas distribuidoras, con el objetivo de reducir las pérdidas técnicas y comerciales, modernizar
la infraestructura, y asegurar una gestión transparente y eficiente. Contempla también una significativa reducción del déficit financiero de las EDEs para 2027, declarando la guerra al fraude eléctrico.

¿Luz al final del túnel?

Aunque con crisis periódicas, el suministro de electricidad a la población ha experimentado una notable mejoría en los últimos años en comparación con el caos de épocas anteriores.

Pero a su vez, el costo de este sector para el presupuesto del estado
crece exponencialmente, con un costo de oportunidad importante
para destinar recursos gubernamentales a otros puntos foco como la
salud y la educación.

Un servicio energético estable y a costo razonables es indispensable para el desarrollo económico y social del país, lo que a su vez se traduce en un aumento de la calidad de vida para la población en general. La
energía eléctrica es al mismo tiempo un tema de seguridad nacional que debe ser una prioridad para el Estado.

Se espera que con el plan anunciado se dé el salto definitivo para que las EDEs encuentren la luz al final del túnel, y pueda lograrse el balance entre un suministro de energía eléctrica continuo y sostenible,
y la salud financiera del sector.

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