Dispara, yo ya estoy muerto

ElAvance | 24 octubre 2025

Jorge Amado Méndez, Abogado. Después de décadas de conflicto y sufrimiento, la firma de los acuerdos de paz en Gaza representa un paso significativo hacia la reconciliación y la estabilidad en la región. Aunque el camino hacia la paz es largo y complejo, es fundamental reconocer la importancia de estos acuerdos y su impacto potencial en la vida de millones de personas.

La región ha sido escenario de numerosos conflictos armados y bloqueos económicos, lo que ha llevado a una situación humanitaria crítica. La falta de acceso a servicios básicos como la electricidad, el agua y la atención médica es una realidad diaria para muchos habitantes de Gaza.

Hace unos años, leí un libro titulado "Dispara, yo ya estoy muerto", es una novela de la escritora Julia Navarro que aborda el conflicto palestino-israelí, desde sus raíces históricas y políticas.  A través de la historia de una sólida amistad entre dos familias, que se mantiene de generación en generación, a pesar de sus diferencias religiosas y políticas y las posiciones que van asumiendo a lo largo de la lucha por el territorio y la resistencia armada en Gaza, la autora nos muestra la complejidad y profundidad de este conflicto, así como sus terribles consecuencias. Me impactó la forma en que la novela destaca la paradoja de un conflicto en el que, a pesar de los múltiples aspectos que podrían unir a las dos naciones, pervive un rechazo ancestral mutuo. Esta obra me permitió comprender mejor la naturaleza profunda y arraigada de este conflicto, y me dejó una huella imborrable.

Aunque estemos geográficamente lejos de Gaza, las imágenes que se difunden en los medios nos conmueven profundamente. Ver a niños inocentes sufriendo las consecuencias de una guerra que no pueden comprender nos hace reflexionar sobre la condición humana y nuestra capacidad para infligir daño y sufrimiento. Estas imágenes nos interpelan y nos llevan a cuestionar nuestros valores y principios. Nos recuerdan la importancia de trabajar hacia la paz y la comprensión, y de proteger a los más vulnerables en situaciones de conflicto.

A partir de ahora se presentan numerosos desafíos que deben ser superados paulatinamente. Uno de los más importantes será la reconstrucción de la infraestructura, cuyo costo el Banco Mundial estima en más de 50,000 millones de dólares. Otro desafío clave será promover la reconciliación, lo que permitirá sanar las heridas y sentar las bases para una paz duradera. En ese contexto la cooperación internacional será fundamental para apoyar el proceso de paz y reducir la violencia, lo que a su vez mejorará la estabilidad y la seguridad. Esto permitirá atraer la inversión extranjera y estimular el crecimiento económico, sentando las bases para un futuro más próspero y estable.

La paz en Gaza es un objetivo que requiere la participación de todos los actores involucrados, incluyendo a los líderes políticos, los grupos armados y la sociedad civil. Es fundamental trabajar hacia una solución pacífica y duradera que garantice la dignidad y los derechos humanos de todos los habitantes de la región.

Los desafíos están a la vista, la responsabilidad desborda las partes en conflicto, es global. Solo con amor y solidaridad avanzan los pueblos.