Detenidos trece dominicanos por red de robo en EE.UU.

Ruth Encarnacion | 03 marzo 2025

Una red internacional de delincuencia organizada, compuesta por trece dominicanos, fue desmantelada tras un operativo en el que se descubrió que robaron miles de envíos de iPhones y otros dispositivos electrónicos en todo Estados Unidos. La investigación fue realizada por varias agencias, incluida la Procuraduría Especializada Contra los Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (PEDATEC) de la República Dominicana.

Los detenidos, con edades entre 23 y 45 años, fueron identificados como Demetrio Reyes Martínez, alias "CookieNerd", Andrickson Jerez, Edickson Lora Castillo, Raimond Cabrera de León, Luis Marte Tavares, Frederick Duvergé Guzmán, Julio Vásquez Sánchez, Alejandro Then Castillo, Wilson Peralta Tavarez, Ecker Montero Hernández, Jean Luis Díaz Domínguez, Luis Núñez y Joel Suriel, conocido como "La Melma". Los cargos principales incluyen el transporte y la recepción de propiedad robada.

La red operaba utilizando dos métodos principales para identificar y robar los paquetes valiosos. Uno de los métodos fue el uso de secuencias de comandos informáticas automatizadas, desarrolladas por Reyes Martínez y otros, para extraer datos de los sistemas de seguimiento de compañías como FedEx y un proveedor de telefonía móvil de EE.UU. identificado como Victim-1. El segundo método consistía en sobornar a empleados de la empresa de telefonía para obtener información confidencial sobre los envíos, incluyendo nombres, direcciones y números de seguimiento.

Según los documentos del caso, los miembros de la red operaban en diferentes niveles. Algunos se encargaban de obtener información sobre los envíos, mientras que otros, conocidos como "corredores", robaban los paquetes y los revenden en puntos de venta clandestinos en Nueva York y Nueva Jersey. Reyes Martínez y Jerez fueron señalados como los líderes clave de la operación, mientras que otros miembros como Lora Castillo, Duvergé Guzmán y Vásquez Sánchez operaban como despachadores, vendiendo las direcciones de entrega y guiando a los repartidores a lugares donde se vendían los dispositivos robados.

Los acusados enfrentan una pena máxima de cinco años de prisión y una multa de 250,000 dólares o el doble del monto ganado o perdido en el delito, por el cargo principal de transporte y recepción de propiedad robada. Aquellos involucrados en el fraude electrónico enfrentan penas más severas, con una posible condena de hasta 20 años de prisión.