De Andrew Jackson a Donald Trump; los asesinatos y atentados contra presidentes y expresidentes de los Estados Unidos

Victor Herasme | 14 julio 2024

A lo largo de su historia, que inició como país independiente el 4 de julio de 1776, la violencia no ha estado ausente del poder político de los Estados Unidos en su más alto nivel.

Hasta la fecha son cuatro los presidentes de esa nación asesinados mientras ejercían el cargo, mientras que contra uno hubo un intento fallido.

Con el registrado el sábado 13 de julio, han ocurrido dos atentados contra el ex presidente Donald Trump, pero ninguno con él ostentando la posición de mandatario.

A continuación el legado de sangre que han dejado los ataques a los inquilinos de la Casa Blanca.

Asesinato de Abraham Lincoln

Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los Estados Unidos, fue el primer mandatario de ese país en ser asesinado. El crimen ocurrió el 14 de abril de 1865 a las 10:25 en el Teatro Ford de Washington D.C., cuando el gobernante veía la obra “Our American Cousin” – “Nuestro primo americano”.

El asesinato tuvo lugar cuando la Guerra Civil estadounidense llegaba a su fin y fue ejecutado por el actor y simpatizante de los confederados John Wilkes Booth, con el objetivo de que las tropas que apoyaban esta causa se mantuvieran en la lucha.

Aunque Lincoln sobrevivió al disparo, las heridas que recibió fueron de tal gravedad que falleció al día siguiente, el 15 de abril de 1865. Abraham Lincoln fue presidente desde el 4 de marzo de 1861 hasta su asesinato, ocurrido cuando contaba con 56 años de edad. Había nacido el 12 de febrero de 1809.

Atentado contra Andrew Jackson

Treinta años antes había fracasado un intento de asesinato a Andrew Jackson, en el que se considera como el primer atentado en contra de la vida de un presidente de los Estados Unidos. Ocurrió el 30 de enero de 1835 a las afueras del Capitolio, cuando Richard Lawrence, un pintor de casas desempleado de Inglaterra, apuntó una pistola a Jackson, pero al presionar el gatillo no disparó y aunque sacó una segunda arma, esta también falló.

Muerte de James A. Garfield

James A. Garfield, el vigésimo presidente de los Estados Unidos, fue el segundo en ser asesinado. Garfield fue atacado a tiros en la Baltimore and Potomac Railroad Station en Washington D.C., a las 9:30 de la mañana del sábado 2 de julio de 1881. Falleció 79 días después del atentado en la localidad de Elberon, Nueva Jersey, el 19 de septiembre de 1881.

El disparo ocurrió menos de cuatro meses después de que iniciara su período presidencial. El asesino de Garfield fue Charles J. Guiteau, quien creía que había desempeñado un papel relevante en la victoria de Garfield durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1880, por lo que debía ser recompensado con un consulado, cosa que no ocurrió.

Guiteau fue apresado por el asesinato del presidente y ejecutado en la horca un año después, el 30 de junio de 1882. Garfield fue presidente desde el 4 de marzo de 1881 hasta su muerte, ocurrida a la edad de 49 años. Nació el 19 de noviembre de 1831.

Asesinato de William Mckinley

El tercer presidente de Estados Unidos que murió asesinado fue William McKinley, el vigésimo quinto mandatario de la unión. McKinley murió a consecuencia de un tiroteo, tras ser víctima de un atentado el 6 de septiembre de 1901, mientras se encontraba en la Exposición Panamericana en Buffalo, Nueva York. A las 4:07 de la tarde recibió dos disparos que realizó el anarquista, Leon Czolgosz, durante un saludo público.

El gobernante fue inicialmente tratado por sus heridas y pareció recuperarse, pero desarrolló una infección grave en los días siguientes. Finalmente, falleció el 14 de septiembre de 1901 debido a una septicemia generalizada.

Czolgosz fue juzgado y condenado a pena de muerte nueve días después de la muerte de McKinley. Encontrado culpable, fue electrocutado en la prisión de Auburn el 29 de octubre de 1901. William McKinley fue presidente de los Estados Unidos desde el 4 de marzo de 1897 hasta su muerte. Tenía 58 años cuando fue asesinado. McKinley nació el 29 de enero de 1843.

Asesinato de John F. Kennedy

El cuarto y hasta el momento último presidente de los Estados Unidos que murió asesinado fue John F. Kennedy. El asesinato tuvo lugar el viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, a las 12:30 de la tarde.

Kennedy, trigésimo quinto presidente estadounidense, fue mortalmente herido por disparos mientras circulaba en el coche presidencial en la plaza Dealey. Tres investigaciones oficiales concluyeron que Lee Harvey Oswald, un empleado del almacén, fue el asesino. Una de ellas concluyó que Oswald actuó solo y otra sugirió que actuó al menos con otra persona más.

El asesinato todavía está sujeto a especulaciones y es origen de un gran número de teorías conspirativas.

Oswald fue asesinado dos días después de la muerte de Kennedy, el 24 de noviembre, por Jack Ruby, mientras era trasladado por policías de Dallas a la cárcel del condado.

John F. Kennedy sirvió como presidente desde el 20 de enero de 1961 hasta su trágica muerte. Tenía 46 años cuando fue asesinado. Nació el 29 de mayo de 1917.

Atentado contra Ronald Reagan

El intento de asesinato de Ronald Reagan ocurrió el 30 de marzo de 1981, 70 días después de que asumiera la presidencia de los Estados Unidos. Ese día, Reagan salía de una conferencia en el Washington Hilton Hotel en Washington D.C., cuando John Hinckley Jr. disparó contra él y otras tres personas.

Aunque Reagan no fue impactado directamente por ninguna bala, una de ellas rebotó y le causó una leve herida superficial en el pecho que no perforó tejidos. En ese momento, Reagan tenía 70 años.

Este evento fue dramatizado en la película "The Day Reagan Was Shot" ("El Día que Reagan recibió un disparo"), lanzada en 2001.

Hinckley llevó a cabo el intento de asesinato con el único objetivo de impresionar a la actriz Jodie Foster, a quien había estado siguiendo de manera obsesiva. Después del intento de asesinato, Hinckley fue arrestado, juzgado y encontrado no culpable por razón de demencia en 1982.

Desde entonces, ha estado bajo supervisión psiquiátrica y tratamiento. En 2016, un juez federal aprobó su liberación gradual de un hospital psiquiátrico y su traslado a vivir con su madre en Virginia bajo estrictas condiciones de libertad condicional.

Intentos de asesinar a Donald Trump

El atentado contra el ex presidente Trump y aspirante a retornar a la Casa Blanca, es el capítulo más reciente de este listado de violencia que ha tocado al máximo poder de la primera potencia del mundo.

El FBI identificó a Thomas Matthew Crooks, de 20 años, originario de Bethel Park, Pensilvania, como sospechoso del intento de asesinato. Crooks fue ultimado a tiros por el Servicio Secreto segundos después del atentado contra el precandidato republicano, que fue herido en su oreja derecha cuando encabezaba un mitin de campaña en Pensilvania.

El ataque a Trump fue inmediatamente condenado por todo el liderazgo político estadounidense, señalando que la violencia no tiene espacio en la política y la democracia de su país.

Líderes de otras partes del mundo, incluyendo al presidente Luis Abinader, rechazaron el atentado. El mandatario dominicano escribió en su cuenta de X; “La violencia no tiene la más mínima cabida en la vida de ninguna sociedad”.

Primer intento

Donald Trump ya había sido objeto de un intento de asesinato en 2016, cuando era presidente electo. Michael Steven Sandford. Sandford intentó quitarle el arma a un policía durante un mitin de campaña de Trump en Las Vegas, Nevada, con la intención de usarla contra Trump.

Sandford fue arrestado de inmediato y enfrentó cargos por posesión ilegal de un arma de fuego y por interrumpir un acto oficial.

Después de su arresto, Sandford fue evaluado por profesionales de salud mental.

En 2017, se declaró culpable de los cargos y fue sentenciado a 12 meses y un día de prisión, seguido de libertad supervisada por tres años.

Repercusiones

El atentado del sábado 13 de julio contra el ex presidente Trump, sin dudas que obligará a un reforzamiento de la seguridad en las actividades de campaña en lo que resta de la carrera por la presidencia de los Estados Unidos.

Es muy posible además que vuelva a encenderse el debate en torno a lo fácil que es conseguir armas de alto calibre en la democracia más sólida del planeta.