Sí, la violencia con armas es un problema de salud pública

ElAvance | 20 julio 2024

Por Dra. María Amelia González Tejada

Al contrario de lo que muchos pueden pensar, sí, la violencia con armas de fuego forma parte de la sombrilla que abarca el estudio de la salud pública.

La salud pública (no el centro de salud pública o la atención pública de salud) es la ciencia que se dedica a proteger y mejorar la salud de las personas y sus comunidades. Los expertos en salud pública se encuentran en departamentos de salud, organizaciones sin fines de lucro, agencias gubernamentales, instituciones académicas y el sector privado. Esto porque la salud publica es más efectiva cuando se combina la ciencia, la educación, las políticas, la innovación, entre otros.

El estudio epidemiológico de la violencia nace de un caso de estudio de hace varios años, en el que se determinó que los conglomerados de casos de cólera en Bangladesh reflejaban los conglomerados de muertes por homicidios en Chicago en 2010. Lo cual significaba que la violencia con armas no era algo aleatorio, si no que existen ciertos factores que predisponen a una persona o comunidad. Este campo de estudio se ha extendido a estudios sobre suicidio, abuso infantil, violencia doméstica y violencia con armas.

Los patrones asociados a la violencia con armas (quienes se ven impactados, donde y por qué) han ido emergiendo lentamente, dando a conocer pistas sobre soluciones de salud pública que pueden ser tanto tangibles como efectivas.

En el caso de Estados Unidos, las heridas a causa de armas de fuego son la principal causa de muerte en niños. Sobrepasó los accidentes de vehículos de motor en 2020 por primera vez. Se estima que 2 de cada 5 casas poseen un arma de fuego, 4.6 millones de niños viven en lugares donde hay armas de fuego cargadas y que no se encuentran guardadas, 1 de cada 3 suicidios en adolescentes y muertes no intencionales se pueden prevenir al guardar las armas y 8 de cada 10 niños que han utilizado un arma de fuego dicen que pertenecía a un familiar. Estos patrones sugieren, por ejemplo, que medidas de educación y de almacenamiento adecuado de armas de fuego para los padres pueden ayudar a mejorar la situación actual.

Los suicidios corresponden a la mayoría de las muertes por armas, luego de los homicidios. En el caso de Estados Unidos, existen estados que cuentan con leyes de riesgo extremo en el cual se le pide a la corte que prevenga de manera temporal que una persona en crisis pueda accesar a armas de fuego. En el caso de República Dominicana, esto no existe en la actualidad.

Las heridas por arma de fuego y las muertes se diferencian por raza, lugar, edad y otros factores. Sus efectos son enormes. Se estima que un asesinato en una comunidad puede impactar hasta a 200 personas dentro de ella. Estudios han demostrado que las intervenciones a nivel de comunidad, como reemplazar lugares vacíos por áreas verdes pueden ayudar a romper los ciclos de violencia.

En la actualidad se ha logrado hacer cosas maravillosas y salvar millones de vidas al ver los problemas desde la perspectiva de salud pública, como los cigarrillos y los accidentes de vehículos de motor. La salud pública puede ayudar a que la violencia con armas disminuya en nuestro país, pero solo en la medida en que la sociedad lo reconozca y lo apoye.

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