En defensa de la decencia

ElAvance | 24 junio 2024

Por Orlando Jorge Villegas

Una de las principales luces de la administración del presidente Luis Abinader, ha sido, sin dudas, la gestión del ingeniero Carlos Bonilla, frente al Ministerio de la Vivienda y Edificaciones de la República Dominicana. Desde la modernización de la ley que regula dicho organismo estatal, hasta la creación una política de vivienda efectiva, se debe reconocer que el titular del MIVED ha sido un funcionario dinámico, a la altura de las circunstancias, reconocido por la sociedad y el propio Primer Mandatario. 

Recientemente, ha sido blanco de una campaña de descrédito. Quienes conocemos a Carlos sabemos que es un ingeniero probado y exitoso en el sector privado, con numerosos emprendimientos inmobiliarios reconocidos. Su entrada al sector público no fue por necesidad, sino por un genuino deseo de aportar al país, compromiso que heredó de su padre, don Pedro Bonilla, quien fue director del INVI durante el gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco.

Desde su llegada al Ministerio de Vivienda y Edificaciones (MIVED), ha llevado a cabo una gestión marcada por la transparencia, eficiencia y un verdadero compromiso con reducir el déficit de viviendas. De igual manera, su trabajo en el renglón de edificaciones, principalmente en la construcción de hospitales públicos y extensiones de la UASD, es más que visible. 

Es lamentable que individuos como Carlos, quienes sacrifican mucho para servir al pueblo, sean objeto de intentos de desprestigio. Estos ataques no solo son injustos, sino que también desincentivan a otros profesionales de alto calibre a involucrarse en la gestión pública. La política, cuando es ejercida con integridad y vocación de servicio, puede transformar vidas y sociedades enteras. Pero, para ello, necesita de hombres y mujeres dispuestos a sacrificar sus intereses personales por el bien común.

Defender a personas como Carlos Bonilla es defender la calidad de nuestros servidores públicos. Es asegurar que la administración del Estado esté en manos de individuos que, lejos de buscar beneficio personal, se dedican a trabajar por el progreso y la equidad. 

De lo contrario, dejaremos la política en manos de aquellos que solo buscan escudriñar en ella para su beneficio personal, y le haremos honra a la clásica frase de que "el Estado ni agradece ni guarda rencor". El peligro de esto es que con ello se perpetua indiscriminadamente la desconfianza y el escepticismo hacia las instituciones públicas y quienes las dirigen. Es imperativo que, como sociedad, reconozcamos y valoremos el sacrificio de aquellos que, como Carlos Bonilla, deciden dar un paso al frente para servir a su país con honor y dedicación.

0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x