El ‘legado’ de Alberto Fujimori 

ElAvance | 19 septiembre 2024

por: Edgar Raffa 

El expresidente peruano Alberto Fujimori murió a los 86 años y es una figura decisiva para Perú. Para unos, el ‘legado’ de Alberto Fujimori será de un dictador, y para otros un gran impulsor del desarrollo económico de ese país en el cambio de siglo.

Tras su partida física, la mitad del Perú está de luto y quizás la otra mitad celebra, pero sin dudas el legado de Alberto Fujimori quedará en la historia y aquí quiero hacer un recuento de su ascenso y caída del poder.

La primera presidencia

En 1990, un profesor de agronomía ajeno al mundo político decidió contentar contra el laureado escritor Marido Vargas Llosa, quien se vislumbraba como el cambio, tras el desastroso primer gobierno de un entonces joven Alan García. De la nada, la candidatura de Fujimori surgió de la nada y consiguió el respaldo popular de los peruanos derrotando al premio Nobel en un balotaje.

Al asumir el poder, se comprometió con desarticular a los grupos terroristas Sendero Luminoso y Túpac Amaru, que aterrorizaban a la población; logró esta hazaña, pero a un precio muy alto. En la guerra contra el terrorismo murieron civiles, acusación que llevó hasta el final de sus días.

También consiguió estabilizar Perú con un programar de medidas económicas severas, pero necesarias, lo que le valió el apoyo de los principales sectores económicos del país andino.

En este mismo primer período disolvió el Congreso, dándole poderes extraordinarios con la excusa de acabar con el terrorismo.

Segundo mandato 

En este momento, Fujimori acarició la consolidación de su poder, pero también sería el comienzo de su desgaste. La cúpula que había acompañado al gobernante comenzó a realizar actos de corrupción y su ejercicio desde el poder se volvió más autoritario.

Su exesposa Susana Higuchi se enfrentaba directamente contra él y le seguía acusando de ser víctima de torturas y las personas de su entorno ligado a actos oscuros ensombrecían el entusiasmo inicial que había generado el Chino, como le llamaban popularmente.

Cada vez más duro y autoritario, con los casos de corrupción y un polémico intento de tercer mandato, la calle agotó su paciencia y fue contra su antiguo salvador. 

Su final 

Fujimori salió huyendo de Perú hacia Japón y renunció por fax. En ese largo exilio en la tierra de origen de sus padres, quizás cegado por sus ínfulas de creerse predestinado para gobernar, estaba decidido a regresar de donde salió cobardemente.

Decidió  internar, entrar a través de Chile, pensando que las enemistades entre ambas naciones lo ayudaría a pasar desapercibido, esto fue un error, y en 2007 fue deportado a Perú para ser condenado a 25 años de cárcel, de los que solo cumplió 16, por crímenes de lesa humanidad y corrupción.

Fujimori ya no estará, pero su legado seguirá tan presente como nunca y continuará dividiendo a los peruanos hasta el final de sus días. Ángel o demonio, la historia sea quien juzgue.

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