El Dilema del Prisionero: ¿Por qué las Naciones se destruyen?  

Por Carlos Pérez Tejada  

Santo Domingo. La humanidad es la única especie que trata de autodestruirse. La evolución humana ha servido para avanzar en muchas áreas a nivel científico y tecnológico, lo que a su vez nos ha dado herramientas que han hecho de la vida más fácil y aumentado la posibilidad de vida. Sin embargo, los vicios y deseos del ser humano (siete pecados capitales) se encuentran inherente a este, y han servido como la chispa para crear crisis y la misma destrucción de la especie; la cantidad absurda de guerras y batallas a lo largo de la historia son un excelente ejemplo de esto.  

Otra característica de la humanidad es que su historia es cíclica, se repite a lo largo del tiempo. Pero muchos se preguntan entonces “¿por qué repetimos los mismos errores?”; Ray Dalio asegura que esto se debe a que los eventos de gran magnitud suceden ente épocas muy lejanas unas de otras, y para la generación que le toca vivirla, es un recuerdo lejano, inexistente o simplemente desconocido. De ahí el refrán del filósofo español, Jorge Santayana, que reza “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.  

A lo largo de la historia de la humanidad las naciones y los imperios han surgido y han caído, ninguno ha sobrevivido al poder del tiempo. Dalio en su libro “Principios para lidiar con el cambio del orden mundial” expone seis etapas cíclicas que ocurren a lo largo de la historia y que definen la subida de un nuevo poder y la decadencia de otro.  

El arquetipo del ciclo del nacimiento y caída de un nuevo poder mundial es el siguiente: nuevo orden -> el crecimiento -> la cima -> el declive -> el nuevo orden. Dentro del ciclo existen determinantes que suceden en cada nación o que solo les tocan por el azar; por ejemplo, su geografía, geología, actos de la naturaleza, genealogía. Existen otros de la naturaleza humana como el interés propio, la necesidad de ganar y mantener el poder, la cultura, el pensamiento global o el liderazgo.  

Además, existen determinantes internos de las sociedades que son importantes en su desarrollo y caída. La primera tiene que ver con las brechas en la distribución de las riquezas, la cual lleva a crear conflictos entre las clases. La segunda, es la brecha de valores, como las ideologías y las religiones son elementos fundamentales para las acciones y reacciones que se toman en momentos de estrés económico y en tiempos de conflictos. Esto a su vez nos lleva a la lucha entre clases, o a la definición entre quienes son qué o cómo.  

Es bueno entender que, en la dinámica de poder entre países, los factores que determinan las riquezas y el poder de cada país son: su educación, competitividad, su capacidad de innovación y tecnología, economía, fuerza financiera, capacidad de comercio mundial, moneda de reserva y fuerza militar.  

Durante las fricciones entre naciones se da lo que se llama “El Dilema del Prisionero”, un concepto de la teoría de juegos en el que se demuestra que dos individuos no pueden cooperar, incluso si ello va en contra de los intereses de ambos.  

De acuerdo con Dalio, existen seis etapas dentro del ciclo del nacimiento y la caída de un poder mundial. Primero está el “inicio de un nuevo orden en el que consolida un nuevo liderazgo y poder”; a este le sigue la fase dos en la que los recursos se localizan y la burocracia gubernamental se construye y se afianza. La tercera fase es cuando hay paz y prosperidad; seguido de la etapa cuatro en donde hay un periodo de excesos a causa del periodo de prosperidad. Esto ocasiona la quinta fase en la que viene con una mala condición financiera e intensos conflictos. Y el punto de inflexión llega en la sexta fase cuando suceden las guerras civiles; un país inicia su caída desde adentro.  

Este ciclo se ha repetido a lo largo de la historia de la humanidad, y es bueno conocerlo, analizarlo y aplicarlo a las coyunturas actuales que está ocurriendo en la esfera mundial. Aplique estas fases al país que quiera, e indique en cual se encuentra y lo que le depara el futuro.