El camino hacia la libertad de Venezuela en un punto muerto 

Por Edgar Raffa 

Dice un viejo adagio que la esperanza es lo último que se pierde, pero la situación en Venezuela tras la crisis postelectoral producto del dudoso proceso del pasado 28 de julio no parece ser esperanzadora y ese sentimiento de ilusión por la libertad parece diluirse con el pasar de las semanas.

Ni las marchas, ni las concentraciones, ni los llamados de la comunidad internacional, o la de sus aliados más cercanos, ha doblegado la intención de Maduro de dejar el poder, al contrario, ha recrudecido sus ataques contra cualquier tipo de negociación o acuerdo para lograr una transición democrática.

La consigna de la comunidad internacional es pedir a las autoridades electorales venezolanas publicar las actas del escrutinio, pero es difícil creer que las mismas no han sido alteradas por esta entidad afín al gobierno y que carece de credibilidad. Otro duro golpe de realidad es el reconocimiento del Tribunal Supremo de Justicia al “triunfo” del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y su candidato. Al ritmo que va, esta situación parece estacada, en un punto muerto, donde no se vislumbra una salida a la crisis.

Cada vez más se parece al escenario del 2018, cuando el chavismo desconoció al parlamento venezolano de mayoría opositora, comenzó a perseguir dirigentes que no congeniaban con el régimen y desató una carnicería en las calles de las principales ciudades, dejando miles de muertos.

También no hay que olvidar el interinato del entonces presidente del Congreso venezolano, Juan Guaidó, que en 2019 se autoproclamó presidente, en vista de que el gobierno había dispuesto la disolución de la Asamblea Nacional que había sido elegida con el voto de los venezolanos. Este experimento tampoco pasó la prueba.

Ahora, Venezuela ha pasado la crisis de escasez y controlado la inflación, lo que le da más margen al madurismo de fortalecerse en el poder.

Los venezolanos y las naciones que creen en la democracia, siguen impulsando una lucha para que todo finalice con la transición pacífica hacia un Estado libre y democrático, ¿pero es esto posible? Sigo creyendo que es es difícil.

Sin lugar a dudas, solo la unión internacional para mediar en esta causa y el debilitamiento de las relaciones del ejército, y en el interior de la cúpula gobernante, podrá crear las condiciones para conseguir la tan anhelada salida de Maduro y sus secuaces del poder.

La líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, quien ha tenido que pasar a la clandestinidad, al igual que otros dirigentes políticos, sigue haciendo el llamado al chavismo a conceder y reconocer los resultados electorales que argumentan, dan la victoria para Edmundo González Urrutia.

¿Otra vez la apatía y resignación se apoderarán de sus ciudadanos cansados de luchar por algo que parece en un punto no terminará ? No lo sé, pero puede ser esta gane sin muchos esa sentimiento.

Los venezolanos son los únicos que podrán definir definitivamente su destino, pero necesitan de la ayuda externa para conseguir el objetivo final, como un hermano cuando se encuentra en aprietos.