Cierre del Gobierno de EE. UU. empieza a dejar serias consecuencias económicas y sociales 

Martin Severino | 06 noviembre 2025

Washington D.C. – El cierre del Gobierno de Estados Unidos ha generado una cadena de consecuencias que afectan tanto a la economía nacional como a millones de ciudadanos. Más de un millón de empleados federales permanecen sin recibir sueldo, y aunque algunos considerados “esenciales” continúan trabajando, otros han sido suspendidos temporalmente. Los contratistas del Gobierno y trabajadores de organizaciones no gubernamentales también se encuentran sin ingresos, sin garantía de compensación retroactiva. 

Uno de los impactos más severos recae sobre los programas sociales y de asistencia alimentaria. Cerca de 42 millones de personas podrían dejar de recibir la totalidad de los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), mientras que el programa WIC, destinado a mujeres y niños de bajos recursos, enfrenta una falta crítica de fondos. Los programas Head Start, que brindan educación infantil, también han comenzado a perder financiamiento, afectando a decenas de miles de familias. 

El cierre ha interrumpido además la actualización de datos sanitarios sobre gripe, COVID-19 y virus respiratorios, creando vacíos informativos para los sistemas de salud pública. A nivel económico, las consecuencias son alarmantes: la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima pérdidas de entre US$ 7.000 y 14.000 millones durante el primer mes del cierre, junto con US$ 33.000 millones en gastos aplazados, cifra que podría duplicarse si la parálisis se prolonga. 

El impacto se extiende a sectores como aviación y vivienda. Los controladores aéreos, obligados a trabajar sin remuneración, han provocado retrasos en aeropuertos por escasez de personal. Asimismo, algunos programas de préstamos federales para la compra de viviendas rurales o suburbanas se han detenido, y la Administración de Pequeñas Empresas (SBA) ha dejado de otorgar nuevos créditos, bloqueando más de US$ 170 millones diarios en financiamiento a negocios. 

En el ámbito de la seguridad nacional, incluso los trabajadores de seguridad nuclear fueron suspendidos temporalmente, obligando a las principales instalaciones nucleares a operar en “modo de cierre seguro”. 

El impacto fiscal también es considerable: el Gobierno ha dejado de recopilar datos clave sobre empleo, ventas y actividad económica, lo que dificulta las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal. Además, las primas del seguro médico Obamacare se han incrementado drásticamente y se desconoce qué ocurrirá con los subsidios federales si la situación persiste. 

Otros efectos visibles incluyen retrasos en cementerios nacionales, falta de mantenimiento en parques naturales, la suspensión de licencias matrimoniales en Washington D.C., y una caída en las salidas a bolsa debido a la paralización parcial de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). 

Según analistas, el cierre ya tiene un efecto de ralentización económica significativa, y aunque parte de las pérdidas podrían recuperarse una vez que se restablezcan las operaciones, las secuelas sociales y financieras podrían perdurar por meses.