Muertes por inundaciones en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia ya suman más de 1,300

Max Herrera | 02 diciembre 2025

 Indonesia.— Los equipos de emergencia se apresuraban a llegar a los sobrevivientes y recuperar más cuerpos el martes después de que el número de muertos por las catastróficas inundaciones y deslizamientos de tierra de la semana pasada superara los 1.300 en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia, con más de 800 personas desaparecidas.

Días de intensas lluvias monzónicas inundaron vastas áreas, dejando a miles de personas varadas y muchas aferradas a los tejados y árboles esperando ayuda. Las inundaciones y deslizamientos de tierra mataron al menos a 1.306 personas: 712 en Indonesia, 410 en Sri Lanka, 181 en Tailandia y tres en Malasia, dijeron las autoridades el martes. El presidente de Sri Lanka, Anura Kumara Dissanayake, dijo que es demasiado pronto para determinar el número exacto de muertos en su país.

En Indonesia, la nación más afectada, los rescatistas están teniendo problemas para acceder a las aldeas en la isla de Sumatra, donde las carreteras han sido arrasadas y los puentes se han derrumbado. Al menos 507 personas siguen desaparecidas, según la Agencia Nacional de Gestión de Desastres del país. Se han desplegado helicópteros y botes, pero los funcionarios advierten que el empeoramiento del clima y la infraestructura dañada están ralentizando las operaciones.

Las inundaciones y deslizamientos de tierra en el norte de Sumatra arrastraron millones de metros cúbicos de madera talada, dijeron las autoridades, lo que generó preocupación pública de que la tala ilegal podría haber contribuido al desastre.

La exuberante área boscosa de Batang Toru se ha convertido en un páramo de troncos rotos y hogares destrozados. Las carreteras han desaparecido, reemplazadas por ríos de lodo.

“Esto no es sólo un desastre natural, es una crisis provocada por el hombre”, dijo Rianda Purba del Foro Ambiental de Indonesia, un grupo activista. “La deforestación y el desarrollo sin control han despojado a Batang Toru de su resiliencia. Sin una restauración urgente y protecciones más estrictas, estas inundaciones se convertirán en la nueva normalidad”.