Ahora quieren que los domingos sean laborables… ¡Jesú’ santísimo!

Max Herrera | 14 octubre 2025

“El trabajo dignifica al hombre” es una frase que todos hemos escuchado desde niños y, en esencia, es cierta. Sin embargo, como cualquier verdad, tiene sus límites, ya que el ser humano no solo trabaja: el domingo ha sido un día históricamente sagrado, no solo por razones religiosas, sino por tratarse de un descanso exigido tanto por organismos internacionales como nacionales, para recargar energías y mantener la salud física y mental.

Un proyecto de reforma al Código de Trabajo pretende que los domingos lleguen a convertirse en un día laboral más, siempre que el trabajador acuerde descansar en otra fecha. La idea suena llamativa: da un chance a trabajar un finde y tal vez salir un jueves o un viernes a una playa, a ir al banco o algún compromiso… pero también plantea riesgos.

Este es un tema verdaderamente complejo de abordar, pues mientras en países más avanzados hay iniciativas de reducir los días laborales de la población, en otros lugares ocurre lo contrario. Este cambio afectaría desde el que lo escoge para ir a la Iglesia, el que sale a compartir en familia o hasta al que va a beberse su cervecita "chilling" en un colmado, y acabaría viendo como su "ecosistema" dominical se distorsionaría… ¡Caray! Si hasta Santo Domingo, hace énfasis en el Domingo (por la orden religiosa).

La Organización Internacional del Trabajo establece en su Convenio Nº 106 sobre el Descanso Semanal que los trabajadores deben gozar de un período de descanso semanal ininterrumpido de al menos 36 horas.

En base a esto, el Código actual, en su artículo 163, establece claramente que todo trabajador tiene derecho a un descanso semanal ininterrumpido de 36 horas. Que normalmente va del sábado al mediodía hasta el lunes en la mañana.

En RD de por sí es difícil conseguir un trabajo que se mantenga "verdaderamente" dentro del tope de 8 horas laborales diarias, algo que muchas empresas violentan descaradamente sin otorgar una bonificación acorde, imagínese ahora que esta mayéutica cambié de forma tan draconiana.

Ojo, hay que entender que no todo el mundo trabaja de lunes a viernes, de 9 a 5. Hay personas que trabajan en horarios irregulares, como los "guachimanes", los empleados de call center y otros que se rigen por un orden distinto. Si esto se cambia, provocaría variables extremas en las dinámicas económicas y sociales actuales, en quienes aguardan los fines de semana para "explotar los chelitos".