Pobre Europa…

ElAvance | 25 junio 2025

Orlando Jorge Villegas

La situación bélica entre Iran e Israel nos deja muchos aprendizajes y mensajes. Entre esos, el rol de Europa en todo esto es uno de ellos. Sus líderes no han entendido que la diplomacia tradicional, el soft power, entre otros elementos tradicionalmente utilizados en las negociaciones geopolíticas, ya no funcionan en un mundo donde los liderazgos han evolucionado a los modelos de poder centralizado como el propio Iran, Rusia, China, y de alguna forma, Estados Unidos con la presidencia de Donald Trump.

Precisamente, la acción de Trump en días pasados, de enviar los aviones cazadores B-2 a impactar los bunkers del programa de armas nucleares de Iran, refleja esta idea. Lo hizo sin consultar con Europa, y mucho menos con los organismos internacionales que tradicionalmente han servido de mediadores o actores fundamentales en este tipo de conflictos internacionales como la ONU, OTAN, entre otros.

La jugada (no menos arriesgada) de Trump no solo dejó a los europeos como meros espectadores, sino que también envía una señal a potencias como Rusia y China, de que el poderío militar de Estados Unidos sigue siendo el más fuerte, y de que el no escatimaría en usarlo si las vías diplomáticas no funcionan bajo sus parámetros de éxito.

El conflicto entre Iran e Israel, a parte de conllevar muchos años de historia como contexto, ha sido alimentado más recientemente por la lucha de esos dos países por el control estratégico de Medio Oriente. Pero además, las situaciones internas de sus líderes, tanto de Bibi Netanyahu, primer ministro de Israel, como del Ayatollah Ali Khamenei, líder supremo de Iran, que enfrentaban la incertidumbre política y el riesgo de perder el poder, ameritaban un “enemigo externo” para reivindicar los valores nacionalistas y religiosos, y buscar ese adversario foráneo que pudiera unir sus sociedades en torno a ellos.

Entender todo esto era clave para suponer que la diplomacia tradicional no sería efectiva. Los europeos no lo entienden. Hechos como este demuestran que siguen perdidos en el orden global post Guerra Fría. Eso ya no existe. Los ejes se han realineado, y es vital tomar posiciones claras ante las situaciones globales, con soluciones efectivas, independientemente de las consecuencias. De eso se trata tomar decisiones, cueste lo que cueste.

Estados Unidos tomó parte con su aliado tradicional, Israel. Además, era mucho peor dejar en manos de una teocracia en declive, un programa de armas nucleares. Queda ver ahora si con el tiempo y los sucesos, habrá un relevo político en Iran.

Y sobretodo si, ¿seguirán los europeos viendo el juego desde las bancas?