Inversión y remozamiento de la autopista Duarte busca reducir número de muertes en accidentes de tránsito

Martin Severino | 02 junio 2025

Pese a mejoras, el peligro de esta autopista es el irrespeto de los conductores a las normas de tránsito.

Santo Domingo. – En una soleada tarde de marzo, marcando el reloj las 2:30 de la tarde, tomando como punto de partida el kilómetro 9 de la autopista Duarte, nos embarcamos en un viaje radiográfico hacia la ciudad de Santiago por la autopista Duarte, para ser testigos oculares de las condiciones en las que se encuentra actualmente la vía más importante del país, pero en la que, lastimosamente, más accidentes de tránsito se registran anualmente.

Entre el bullicio del tránsito capitalino y parte del de Santo Domingo Oeste, justo donde nace la arteria vial que es usada para el transporte de personas y de distintos tipos de mercancías; que conecta además la capital con la región norte del país, atravesando ciudades como Bonao, La Vega, San Francisco de Macorís, Santiago, entre otras, se pueden observar los cambios que ha venido desarrollando en esa vía el Ministerio de Obras Públicas, con una inversión de más de 18 mil millones de pesos.

Desde el señalado punto pudimos observar que, desde allí hasta la nueva ubicación del peaje de la referida avenida, los vehículos se desplazan sin inconvenientes mayores por el buen estado de la calzada, siendo el único punto criticable la señalización de la pintura sobre la vía que divide los carriles, la cual se ha ido desapareciendo hasta la entrada de la circunvalación de Santo Domingo.

A partir de ese último punto, cruzando la antigua estructura del peaje, en las cercanías también del campamento militar 16 de Agosto, las señalizaciones sobre la calzada reaparecen, acompañadas también de otras señalizaciones bien marcadas e identificadas, y que se hacen más presentes mientras más nos acercábamos a la estación del nuevo peaje.

En la continuidad del desplazamiento del viaje radiográfico, cerca de la comunidad de Villa Altagracia, en dirección hacia la región norte, en gran parte de ese tramo es evidente que el mismo fue reacondicionado recientemente, ya que previo a llegar a esa comunidad aún se mantiene el color negro intenso del asfalto en uno de los carriles.

Algo que siempre ha hecho peligrosa esta autopista es la presencia de una cuneta lo suficientemente profunda, que, a pesar de su utilidad para el desagüe del agua cuando llueve, el mayor peligro es que la misma, en dirección Villa Altagracia-Bonao, no cuenta con una baranda que impida que los vehículos que puedan accidentarse sean detenidos por la misma, evitando así que puedan volcarse, como ha sucedido en numerosas ocasiones.

Otro punto que resaltar, que, aunque no está ligado a la condición estructural y física de la autopista, es el hecho de que la presencia de comunidades pequeñas entre los tramos antes mencionados da lugar a que conductores de pasolas y motocicletas se desplacen por la autopista. En el recorrido realizado se evidenció cómo hombres y mujeres, conduciendo motores con niños de pasajeros, transitaban por esa vía sin casco protector. Además, a eso hay que sumarle la poca presencia de agentes de tránsito y la presencia de camioneros que, en los tramos rectos de la carretera, abusan del pedal del acelerador y lo llevan a fondo.

Otro factor que hace peligrosa la autopista Duarte, en el tramo correspondiente a la localidad de Villa Vásquez, es la ampliación de los carriles. Al momento en que estos se reducen a dos, el punto final de la baranda lateral no cuenta con un muro protector, y, pese a la señalización, causa confusión para los conductores, y en caso de que alguno se distraiga podría accidentarse en el final de dicha ampliación.

Pasando el anterior tramo, ya en la comunidad de Bonao, los parches de asfalto colocados para corregir la carretera no se hicieron de manera correcta, lo que ocasiona que el conductor que se tiene que desplazar por esa carretera a una velocidad estimada de 50 km/h pueda tener dificultades para mantener la estabilidad del vehículo.

Aunque gran parte de la vía presenta buenas condiciones, aún se siguen haciendo mejoras por parte del Ministerio de Obras Públicas, y se trabaja en el tramo correspondiente a Bonao en un desagüe para asegurar que el flujo de las aguas fluya de la manera correcta.

Otro punto que debe corregirse para hacer más segura la vía es que se completen las barandas que en muchos tramos están incompletas o desmejoradas, producto de accidentes de tránsito que se han registrado. En especial, se deben corregir las barandas que dividen ambas direcciones de la vía y que también sirven de protección e impiden que peatones se arriesguen a querer cruzar la autopista en algunos puntos no permitidos.

Las autoridades, en pro de mejorar la circulación en la carretera, que es sobre transitada en épocas de Navidad y en Semana Santa, en medio del recorrido realizado, nos dimos cuenta de que en pequeños puentes fueron colocados los denominados muros "Michelle", que no son más que estructuras de hormigón o cemento usadas en la carretera para dividir las vías, pero que en este caso han sido colocados en sustitución de las barandas que fueron destruidas por vehículos que colisionaron con las mismas y terminaron precipitándose a los pequeños afluentes.

Estos muros están colocados especialmente en varios tramos de la comunidad de Piedra Blanca, en Bonao.

Otro punto evidenciado que se suma a las falencias que aún están presentes en la vía señalada es la falta de agentes para guiar el tránsito y permitir así el debido cumplimiento de las normas de tránsito, pero por igual garantizar la seguridad de los estudiantes que utilizan los servicios del Sistema Nacional de Transporte Estudiantil del Ministerio de Educación (TRAE), ya que en algunas intersecciones los conductores presentan dificultades para integrarse a la vía, lo que supone un peligro para la vida de los estudiantes y de los demás presentes en esos autobuses.

En continuidad con el viaje radiográfico a la vía más importante del país, nos percatamos de que en el trayecto de Bonao hacia La Vega, la presencia de las señalizaciones se extiende más allá de la entrada de Sabana del Puerto, en Constanza, pero cabe resaltar que, a pesar de esto, en ese tramo, por igual, en pequeños puentes hay barandas afectadas por evidentes choques que se han registrado allí, siendo lamentable que no hayan sido corregidas.

Por igual, en ese mismo tramo, el problema con la ampliación al momento de la reducción de los carriles sigue representando un peligro para quienes se desplazan a bordo de un vehículo por la autopista Duarte.

Ya en La Vega, pero justo en el tramo de la carretera con dirección a la ciudad de Santiago, no hay nada criticable con relación a la señalización de la vía, tanto en la calzada como en los laterales, y es el único tramo que cuenta con la presencia de muros divisores, los cuales incluso se continúan construyendo más para completar ese valioso recurso en toda la larga carretera.

Son visibles las señalizaciones de “ceda el paso”, “retorno desde la izquierda”, “altura máxima de vehículos”, “intersección”, “localidades”, “no estacione”, entre otras.

A este tramo se le suma, para su mejoría, los trabajos de ampliación que se realizan en ambos lados de la vía del puente sobre el río Verde, que actualmente está siendo construido para que en ese espacio la autopista cuente con tres carriles de ambos lados.

Se podría establecer que, de los más de 130 kilómetros de distancia que separan a Santo Domingo de Santiago, la autopista Duarte luce en buen estado y cuenta con señalización vial en más de un 85 %. Y es preciso resaltar que, en dirección hacia Santo Domingo, las condiciones de la Duarte son mucho mejores que en sentido contrario, teniendo como punto de salida la ciudad de Santiago.

Imprudencia de los conductores es el verdadero peligro de la autopista

Anualmente, en la autopista Duarte se registran entre el 25 y 30 por ciento de las muertes en siniestros de tránsito. Esto es fruto de la imprudencia de los conductores y el irrespeto a las leyes de tránsito y a las recomendaciones para evitar situaciones peligrosas. A esto se le suma que la misma ha sido calificada en los últimos años como una de las peores autopistas.

Estas mismas imprudencias ocasionaron que, recientemente, en el tramo de Bonao de la autopista, un vehículo cayera sobre el afluente. Y mientras los heridos eran auxiliados por ciudadanos y personal del 911, en ese mismo lugar se registró otro choque que ocasionó que un motorista también cayera al río con su motocicleta.

En un vistazo general, de los 270 kilómetros que abarca la vía, el pasado año el 74.5 % de esta fue calificada con una y dos estrellas, y solo el 25.5 % de la autopista alcanzó tres estrellas de calificación, motivaciones que han llevado a las autoridades a intervenir esa carretera.

Lo que no se puede negar es que la autopista Duarte representa actualmente un alto riesgo para los conductores debido a múltiples factores, ligados estrechamente a la imprudencia de quienes conducen por ella, y también al hecho de que cuenta con un diseño vial que no se ajusta al volumen de tráfico que la recorre.

La millonaria inversión destinada a su mejora debe traducirse en una vía segura y eficiente, que justifique la confianza y los recursos de los ciudadanos. Mientras tanto, la prudencia al conducir sigue siendo esencial para preservar la vida en una carretera que, por ahora, continúa siendo peligrosa.