El proyecto para crear el Ministerio del Hombre debe ser replanteado

ElAvance | 28 mayo 2025

La diputada Altagracia de los Santos parece tener buenas intenciones al buscar que el hombre sea valorado en su justa medida y no sea tratado como un ciudadano de segunda categoría. Sin embargo, al analizar su discurso, es evidente que necesita asesoramiento, ya que el enfoque de su proyecto tiene matices feministas que sugieren la necesidad de revisarlo para adoptar una perspectiva centrada en la defensa genuina de los derechos del hombre.


No es aceptable que el enfoque principal para prevenir los crímenes pasionales sea considerar a los hombres como agresores en potencia, ni insinuar que el componente principal de estos delitos es una violencia sistemática. El término “feminicidio” implica que el hombre comete un crimen pasional motivado únicamente por el género de la víctima, es decir, un asesinato misógino. Sin embargo, se ha demostrado que en Occidente este tipo de motivación no es, en la mayoría de los casos, el móvil de estos delitos.


Sugiero a la diputada que se acerque a los grupos que llevan décadas luchando por los derechos de los hombres marginados, quienes enfrentan desigualdades ante la ley en temas de justicia relacionados con situaciones intrafamiliares y pasionales. Estos grupos podrían ofrecerle valiosas sugerencias para formular un proyecto claro, sin ambigüedades ni confusiones.


El hombre no necesita ser “reprogramado”, sino que se debe afirmar su masculinidad y hacerle comprender su valor en una sociedad que no podría funcionar sin su aporte. La educación para que los hombres gestionen adecuadamente sus emociones y eviten cometer crímenes pasionales no puede basarse en tratarlos como agresores potenciales o misóginos sistémicos.


Aunque considero que ni el Ministerio de la Mujer ni el de la Juventud deberían existir, y por ende tampoco uno del Hombre, ya que la diputada ha tomado la iniciativa de proponer un Ministerio del Hombre, lo correcto sería trabajar en un proyecto sólido que realmente defienda al hombre y no se convierta en una versión 2.0 del Ministerio de la Mujer.