Un momento de diversión y alegría culminó en más de 230 muertos

Ruth Encarnacion | 20 mayo 2025

Santo Domingo.-Durante más de cinco décadas, el Jet Set fue uno de los centros nocturnos más emblemáticos de Santo Domingo. Allí se cruzaban generaciones: familias, amigos, parejas y compañeros de trabajo que compartían risas, bailes y tragos en un ambiente de celebración que se volvió parte de las fiestas culturales del dominicano.

Pero todo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Lo que había sido por años un refugio de alegría, se transformó en un escenario de terror. En menos de un minuto, el lugar donde se construyeron tantos recuerdos colapsó, dejando a su paso un saldo de muertes, heridos y un país completo sumido en la conmoción.

Historia de la discoteca Jet Set

Ubicada en la Avenida Independencia de Santo Domingo, el Jet Set Club fue, durante más de 50 años, uno de los pilares indiscutibles de la vida nocturna en la República Dominicana. Su historia comenzó en 1973, cuando Grecia López, junto a dos socios, decidió abrir un espacio innovador que fusionaba el concepto de restaurante con el de discoteca, en un ambiente pensado para adultos que buscaban relajarse después de sus jornadas laborales.

En sus inicios, el Jet Set cerraba temprano, a la 1:00 a.m., y su clientela eran en su mayoría trabajadores que encontraban allí un lugar seguro, elegante y diferente para compartir entre amigos, parejas o colegas. A medida que fue ganando popularidad, el negocio se fue transformando y adaptando al pulso de la ciudad y a las nuevas generaciones.

Con el tiempo, tras la disolución de la sociedad original, Grecia López asumió el control total del club. Bajo su visión firme y comprometida, el Jet Set creció en reputación y estructura. Más adelante, su hijo, Antonio Espaillat, tomó las riendas del proyecto, dándole un nuevo impulso y convirtiéndolo en un verdadero ícono de la cultura del entretenimiento dominicano.

Ya consolidado como uno de los centros más prestigiosos de la capital, el Jet Set se distinguió no solo por su ambiente moderno y familiar, sino también por ofrecer una cartelera musical de primer nivel. Por su escenario desfilaron grandes figuras del merengue, la salsa, la bachata y más adelante, figuras de la música urbana. Artistas tanto nacionales como internacionales encontraron en ese espacio una plataforma vibrante para conectar con un público.

Más que una discoteca, el Jet Set se convirtió en un símbolo social: era punto de encuentro de generaciones, donde se mezclaban historias de amor, amistad, negocios y celebraciones. La seguridad, el buen servicio y su atmósfera acogedora lo convirtieron en un referente que sobrevivió al paso del tiempo y a los cambios en los gustos musicales y estilos de vida.

A lo largo de su historia, el Jet Set no solo marcó la vida nocturna de Santo Domingo, sino que también dejó huella en la memoria de miles de dominicanos que lo vieron como parte de su vida cotidiana. Un lugar donde la música no solo se escuchaba, sino que se vivía y bailaba.

Todo cambió

Los lunes en el Jet Set Club eran famosos por sus "Lunes de Jet Set", una tradición icónica, este era un evento conocido por el auge de presentar este día de la semana un artista especial, comúnmente iconos de la salsa o el merengue. Decenas de personas se trasladaban desde distintas provincias para venir a disfrutar de estas fiestas que se tocaban en el Jet Set.

A diferencia de otros días, los lunes en el Jet Set tenían un ambiente más exclusivo musicalmente. Ese lunes 7 de abril, Siendo las 12:44 a.m., mientras el merenguero Rubby Pérez tocaba en tarima, el techo completo del club se desplomó sin previo aviso. En cuestión de segundos, más de 500 personas se vieron atrapadas bajo toneladas de escombros. Los sobrevivientes relataron momentos de desesperación, escuchando gritos de auxilio en medio de la oscuridad y el dolor de tanto peso encima de los que quedaron atrapados.

Entre las víctimas se encontraba Nelsy Milagros Cruz Martínez, gobernadora de la provincia de Monte Cristi, quien logró contactar al presidente Luis Abinader a las 12:49 a.m., alertando sobre la tragedia. Su llamada fue una de las primeras señales de la magnitud del desastre.​

El rescate comenzó de inmediato, con equipos nacionales. Al segundo día de la tragedia, equipos de rescate provenientes de Puerto Rico se incorporaron a las labores de búsqueda y salvamento. Los rescatistas arribaron con tecnología avanzada, incluyendo dispositivos capaces de detectar signos vitales bajo grandes volúmenes de escombros.

A su llegada, confirmaron a la prensa que aún se registraban señales débiles de vida entre los escombros, lo que renovó las esperanzas en medio del drama que se vivía en la zona cero. Su intervención marcó un punto clave en las operaciones, sumándose a los esfuerzos nacionales en una carrera contrarreloj por salvar vidas.

trabajando sin descanso. Se logró salvar a 189 personas en las primeras 53 horas, pero el saldo final fue devastador: 232 muertos y más de 225 heridos.​

La ultima persona fallecida a raíz de esta tragedia, perdió su lucha por la vida el 02 de mayo, se trató de Evelyn Navarro quien resultó gravemente herida en una pierna, fue sometida a cirugía, pero finalmente sufrió fallos renales y una infección bacteriana que le costaron la vida.

La investigación preliminar reveló que el techo del Jet Set presentaba problemas estructurales desde hacía años, exacerbados por filtraciones de agua y sobrecarga de equipos en el techo. Sin embargo, no se habían realizado inspecciones técnicas adecuadas. El propietario, Antonio Espaillat, quien se encontraba fuera del país al momento del colapso, expresó su devastación y se comprometió a colaborar con las autoridades en la investigación. ​

La tragedia conmocionó al país entero. El presidente Abinader decretó seis días de duelo nacional, y el Senado suspendió sus actividades en señal de respeto. Se realizaron misas y homenajes en diversas ciudades, incluyendo un emotivo acto en Bajos de Haina, donde aproximadamente 25 personas de ese municipio perdieron la vida.

Este desastre expuso las deficiencias en la infraestructura y la falta de supervisión en edificaciones públicas y privadas. La sociedad dominicana exige reformas en las normativas de construcción, así como la adquisición de equipos modernos para enfrentar emergencias de esta magnitud. El dolor colectivo a casi un mes se siente en cada rincón del país.

Testimonio

“Le dije a Dios que no me dejara morir”: Patricia Ovalles, sobreviviente del Jet Set, revive su noche más oscura

Con la voz quebrada por el recuerdo y el alma aún envuelta en los escombros de aquella noche, Patricia Ovalles cuenta lo que vivió en el desplome del Jet Set como si lo estuviera reviviendo, paso a paso, entre el miedo, la fe y el dolor.

“Estuve casi seis horas atrapada bajo los escombros… consciente todo el tiempo”, dice. Y cada palabra que pronuncia parece cargar con el peso de una eternidad. “No me desmayé. Lo viví todo. Cada minuto, cada grito, cada silencio”.

La tragedia llegó sin aviso. Una gota cayendo del techo, una bolsa azul que colgaba, la voz de Rubby Pérez mencionando algo parecido a arenilla en el aire… y luego, el estruendo. El mundo se vino abajo. En cuestión de segundos, el techo colapsó, el suelo tembló y las vidas cambiaron para siempre.

Patricia cayó. Una gran lámpara impactó cerca de ella. Una mujer murió sobre su cuerpo, aplastándole las piernas. A su lado, el celular de un hombre sin vida no dejaba de sonar. “Yo solo quería vivir”, repite.

Con esfuerzo, logró encontrar su teléfono, atrapado bajo su abdomen. Llamó al padre de su hijo, en Nueva York, con una súplica que aún retumba en su corazón:
“Cuida a mi hijo, cuida a mi familia… no me dejes morir, Dios”.

Pero incluso en medio del horror, hubo humanidad. “Yo agarraba una mano, pidiendo ayuda… y era un muerto. Hasta que una mujer me dijo: ‘Agárrame a mí, yo sí estoy viva’”. Esas palabras fueron su ancla.

El rescate fue lento, doloroso y delicado. Una varilla pudo matarla. Un bloque apretaba su cuerpo. Cada movimiento podía significar la vida o la muerte. Pero los rescatistas no se rindieron. Le colocaron un suero, le dieron palabras de aliento, le cuidaron el alma tanto como el cuerpo.

Cuando por fin pudieron liberarla, lo primero que pidió fue que retiraran el cuerpo de la mujer que la aprisionaba. “Ya no sentía las piernas, eran horas con ese peso encima”, recordó.

Al amanecer, al salir finalmente de entre los escombros, uno de los rescatistas se quebró. La abrazó y le dijo, con lágrimas que se mezclaron con el polvo sobre su pecho:


“Esta es tu nueva fecha de nacimiento. Sobreviviste. Dios te dio otra oportunidad. Vive”.

Patricia Ovalles no solo salió viva del colapso del Jet Set. Salió marcada. Con cicatrices que el tiempo quizás no borre, pero que cuentan una historia de fe, resistencia y amor por la vida.

Implicaciones legales

Las implicaciones legales derivadas de una tragedia con esta magnitud han generado intensos debates en los medios de comunicación. El tema cobró tanta relevancia que, durante más de una semana, formó parte central de la agenda nacional en el ámbito jurídico y social.

Responsabilidad penal: homicidio involuntario

El Código Penal Dominicano, en sus artículos 319 y 320, establece el homicidio involuntario como un delito cometido por torpeza, imprudencia, inadvertencia, negligencia o inobservancia de reglamentos. El artículo 319 dispone que quien cause la muerte de una persona sin intención, pero por alguna de estas conductas, será castigado con prisión correccional de tres meses a dos años y multa de 25 a 100 pesos. El artículo 320 se aplica en casos donde la imprudencia o falta de precaución solo causan golpes o heridas, imponiendo prisión de seis días a dos meses y multa de 10 a 50 pesos. ​

En el caso del Jet Set Club, la Fiscalía del Distrito Nacional ha recibido al menos ocho querellas por homicidio involuntario contra los responsables del establecimiento. Además, se han presentado cinco nuevas denuncias, según informó la fiscal Rosalba Ramos.​

Responsabilidad civil: indemnizaciones y demandas colectivas

El Código Civil Dominicano, en su artículo 1382, establece que quien cause un daño por acción u omisión está obligado a repararlo. Esto implica que los propietarios del Jet Set Club podrían ser responsables civilmente por los daños causados a las víctimas y sus familias. Además, el Estado dominicano también enfrenta responsabilidad civil, ya que las autoridades competentes no cumplieron con sus deberes legales al no asegurar que el establecimiento cumpliera con las normativas de seguridad. ​

Responsabilidad de las autoridades

El abogado penalista Félix Portes ha señalado que el Estado dominicano debe responder por la tragedia del Jet Set Club, ya que existe una posible negligencia en la supervisión y cumplimiento de las normativas de seguridad. Según el artículo 148 de la Constitución Dominicana, cualquier negligencia de un funcionario hace responsable al Estado. Portes compara la situación con otros casos de omisiones graves, indicando que, si la obra hubiera sido de una persona privada, probablemente estaría cerrada. ​

Seguro del establecimiento: cobertura y límites

Hasta el momento, se desconoce públicamente cuál es la póliza contratada por la empresa propietaria del Jet Set Club. Es importante destacar que las pólizas de seguro tienen límites por cantidad de víctimas o tipo de lesión. Si la indemnización judicial excede esos límites, los propietarios deben responder con sus bienes personales.

Medidas impuestas por el Ministerio Público:

Inmovilización de bienes: medida preventiva y polémica

El Ministerio Público dominicano ha procedido a la inmovilización de bienes pertenecientes a los propietarios del centro nocturno Jet Set y a las empresas asociadas a estos, como parte de las medidas preventivas adoptadas durante el proceso judicial. Esta acción busca garantizar posibles indemnizaciones económicas a favor de las víctimas y familiares afectados por el trágico desplome del establecimiento, que dejó alrededor de 20 ciudadanos extranjeros muertos, entre ellos norteamericanos y europeos.

Esta medida, aunque legalmente viable bajo ciertas condiciones, ha generado un intenso debate jurídico, ya que el delito que hasta ahora se les imputa a los responsables es homicidio involuntario, una figura penal que, según el Código Penal dominicano, contempla penas menores a tres años de prisión.

Esto es relevante porque para que se pueda aplicar la Ley 155-17 sobre Lavado de Activos, uno de los requisitos es que el delito base (o precedente) tenga una pena superior a tres años. La inmovilización de bienes normalmente se asocia a la prevención del lavado de activos o enriquecimiento ilícito, por lo que su uso en este contexto ha sido cuestionado por expertos en derecho penal y procesal.


Un proceso judicial largo y posiblemente complejo

Dada la magnitud de la tragedia, la cantidad de víctimas y la cantidad de elementos técnicos y jurídicos involucrados, se espera que el Ministerio Público solicite que el caso sea declarado como proceso complejo, una figura legal contemplada para casos que por su dimensión, complejidad o impacto social requieren un plazo procesal extendido, que podría alcanzar hasta cuatro años.

Durante este tiempo, se espera un análisis exhaustivo de pruebas, que incluirá:

  • Informes técnicos y estructurales del inmueble.
  • Peritajes de ingeniería civil y arquitectura.
  • Evaluación de las autorizaciones edilicias emitidas por la Alcaldía del Distrito Nacional.
  • Declaraciones de funcionarios públicos, empleados del establecimiento y testigos presenciales.
  • Revisión de pólizas de seguros, tanto de infraestructura como de responsabilidad civil.

Fallas en cobertura de seguros y nueva carga legal

Uno de los elementos más graves que se investiga es la ausencia de una póliza de seguro adecuada, tanto para cubrir la infraestructura del establecimiento como para responder por daños a terceros. De comprobarse esta omisión, se sumaría una nueva carga legal contra los propietarios y administradores del Jet Set, por operar un local público de alto riesgo sin los seguros requeridos por la normativa vigente.


Demandas contra el Estado y la Alcaldía del Distrito Nacional

Además de las acciones contra los responsables privados, el Estado dominicano y la Alcaldía del Distrito Nacional también enfrentan posibles demandas. La firma internacional Silva Silva, que representa a varias de las familias extranjeras afectadas, ha advertido que iniciará procesos legales internacionales, alegando falta de supervisión y negligencia por parte de las autoridades publicas

El sustento legal para esta acción se basa en el artículo 148 de la Constitución de la República Dominicana, que establece que el Estado puede ser demandado civilmente por daños ocasionados por actos u omisiones en el ejercicio de sus funciones.


Indemnizaciones: ¿cuánto podrían recibir las víctimas?

Las indemnizaciones por este tipo de casos varían según la naturaleza del daño:

  • Lesiones temporales: podrían recibir compensaciones proporcionales al tiempo de recuperación y pérdida laboral.
  • Lesiones permanentes o discapacidad: las sumas suelen ser significativamente mayores y podrían incluir daños morales.
  • Muerte: los familiares directos (cónyuge, hijos, padres) pueden demandar por compensación económica, gastos funerarios, y daños morales.

Aunque no hay una cifra única, los montos podrían superar los millones de pesos por víctima, especialmente en casos de fallecimientos múltiples, daños estructurales severos y negligencia comprobada.

Análisis de un ingeniero

A partir de esta tragedia comenzaron a especularse en todos los medios nacionales distintas versiones de lo que pudo haber ocurrido con el techo de la discoteca jet set.

Muchos ingenieros han visitado los distintos programas en el país, para explicar desde su punto de vista, o desde sus conocimientos profesionales en la materia. Algo que es importante resaltar en este reportaje, es que todo lo que se emite con respecto a lo ocurrido se quedan en simples especulaciones.

Esto debido a que las autoridades del estado dominicano no han ofrecido el informe oficial de lo que ocurrió allí, bajo el cumplimiento de los peritos y estudios que se están realizando.

La ingeniera estructuralista Frinet Muñoz dio a conocer desde un enfoque mas profundo algunos de los factores que pudieron provocar esta tragedia en el Jet Set, pero la misma resalta que ningún dato es oficial

La especialista indicó que lo fundamental para dar esa respuesta al pueblo dominicano ante la pregunta del ¿Qué paso? Es que se debe realizar un estudio científico técnico.

La experta dijo que entregar los resultados de un estudio de vulnerabilidad no es nada fácil, en cualquier caso, sumando este que podría ser más complejo. Señala que los estudios de vulnerabilidad se hacen en edificaciones ya existentes.

¿Qué es un estudio de vulnerabilidad?

Un estudio de vulnerabilidad en ingeniería es un análisis técnico que permite identificar y evaluar el grado de exposición o debilidad que presenta una infraestructura, sistema o zona ante diversas amenazas. Estas amenazas pueden ser de origen natural, como terremotos, huracanes o inundaciones, o derivadas de fallas estructurales, errores de diseño o factores humanos. El propósito de este tipo de estudio es detectar posibles fallas o deficiencias, estimar los riesgos asociados y proponer medidas de mitigación que contribuyan a reducir daños, proteger vidas humanas y preservar la funcionalidad de los sistemas o estructuras involucradas.

Este estudio se aplica en áreas como la ingeniería civil (edificios, puentes, represas, carreteras), infraestructura crítica (hospitales, plantas eléctricas, telecomunicaciones), planificación urbana y gestión de desastres. Entre sus componentes clave se incluyen inspecciones técnicas, análisis del entorno físico (suelo, clima, hidrología, sismicidad), el uso de modelos computacionales para simular escenarios de riesgo, la revisión del cumplimiento de normativas vigentes y la formulación de recomendaciones para reforzamiento estructural o rediseño. Su finalidad última es fortalecer la resiliencia de las infraestructuras ante posibles eventos adversos.

La arquitecta señaló que es importante como ciudadano, cuando tienes una edificación de más de 50 años, voluntariamente sería factible solicitar o realizar una evaluación estructural.

¿Se necesita tener todos los escombros del desplome para realizar el estudio de vulnerabilidad forense?

Cuando se comenzaron a movilizar los escombros del Jet Set, se desató un show mediático en torno al proceso. Como resultado de la controversia, la empresa contratada para realizar el servicio se vio obligada a trasladar nuevamente los escombros desde Santiago. Sin embargo, para llevar a cabo el estudio técnico requerido, basta con una pequeña porción del concreto removido, y no con la totalidad del material.

Posibles causas del desplome del techo del Jet Set

Un equipo del periódico en Avance, consultó la visión de otros ingenieros, a los fines de conocer otra visión de los factores que considera en este colapso. El ingeniero civil Piter J. Bonilla D. plantea que el colapso de la estructura donde operaba la discoteca Jet Set habría sido provocado por una acumulación de factores adversos que, con el tiempo, comprometieron la integridad del edificio. Entre los elementos técnicos identificados destacan: sobrecargas estructurales, efectos por humedad y vibraciones mecánicas repetitivas, que habrían causado una degradación progresiva de los materiales y las conexiones estructurales.

Bonilla detalla que el inmueble fue originalmente concebido como sala de cine entre las décadas de 1960 y 1980. Estas edificaciones solían construirse con grandes luces libres, utilizando hormigón pretensado y sin columnas intermedias, lo cual permite amplios espacios interiores. No obstante, tras su conversión en centro de entretenimiento, se realizaron modificaciones significativas que incluyeron la colocación de equipos pesados en la cubierta —tales como sistemas de climatización industrial, generadores, transformadores y tanques de agua— generando una carga adicional no prevista en el diseño original.

A estos factores se sumaron vibraciones de baja frecuencia provenientes de equipos mecánicos y sistemas de sonido de alta potencia, lo cual, según el análisis, habría inducido un fenómeno de fatiga estructural. Bonilla señala que estas vibraciones pudieron generar microfisuras en las uniones entreviguetas y vigas, afectando la continuidad del sistema portante. Asimismo, se observaron fallas en el mantenimiento del edificio, como acumulación de agua en la cubierta por deformaciones estructurales y filtraciones asociadas a los sistemas de aire acondicionado. Estos problemas propiciaron procesos de carbonatación del concreto y corrosión de las armaduras internas, debilitando aún más la estructura.

Según las observaciones del ingeniero, los registros gráficos posteriores al evento muestran un patrón de colapso localizado en la zona de mayor carga, donde se evidencian fracturas, exposición de acero de refuerzo y rotura de tendones pretensados. Esto sugiere una falla progresiva inducida por cargas mal distribuidas, vibraciones continuas y deterioro por humedad.

Hasta el momento, este análisis se considera preliminar y no sustituye el informe técnico oficial que deberá ser emitido por las autoridades competentes.