¿Cómo podemos competir en el mercado de la IA?

ElAvance | 19 marzo 2025

Carlos Pérez Tejada  

La aparición de nuevas tecnologías ha servido como catalizador de una etapa de cambios y revolución. Los teléfonos inteligentes y las redes sociales son dos ejemplos claros que han cambiado la forma en la que el mundo se comunica y transfiere información. Recientemente, la aparición de sistemas de inteligencia artificial (IA) ha puesto a las principales potencias mundiales a competir por el control de este sector. Ante este escenario, surge la pregunta: ¿Cómo puede la República Dominicana beneficiarse y participar en esta competencia?  

Dentro de este nuevo juego de ajedrez político, comercial y tecnológico se encuentra el sector de los semiconductores, componentes vitales para el desarrollo y operación de sistemas de IA. En 2024, el mercado global de chips superó los 627.6 mil millones de dólares, de los cuales 123 mil millones correspondieron a sectores de IA, según la “Semiconductor Industry Association” y “Markets and Markets”.  

La República Dominicana es una de las economías de mayor crecimiento en los últimos años, con un ritmo anual del 5%, según datos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).  

Sin embargo, enfrentamos múltiples desafíos, siendo uno de los principales la inversión en investigación y desarrollo (I+D). Aunque no existe un dato actualizado, en 2013 la inversión era del 0.3% del PIB, una cifra muy por debajo del promedio global de ese año.  

En contraste, países como Estados Unidos (3.59%), China (2.43%), Japón (3.41%), Alemania (3.14%), Corea del Sur (5.21%) y Francia (2.22%) lideran la inversión en I+D en relación con su PIB.  

El Gobierno dominicano presentó en 2023 la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), la cual se enfoca en cuatro pilares: Gobierno Inteligente, Hub de Talento e Innovación, Hub de Datos y Escala Regional. Se trata de una estrategia ambiciosa, pero que requiere aceleración en puntos clave.  

Por su parte, la administración Biden lanzó la Ley de Chips y Ciencia con el objetivo de impulsar el desarrollo de procesadores a nivel local y en países aliados del continente, reduciendo la dependencia de Taiwán.  

Dicha ley contempla la asignación de recursos a países aliados para fomentar el desarrollo tecnológico y mejorar la seguridad de la cadena de suministro. Costa Rica ha sido uno de los países beneficiados por esta iniciativa.  

Esta coyuntura representa una oportunidad para que la República Dominicana se integre en esta industria. Sin embargo, la nueva administración Trump ha criticado esta ley y amenazado con eliminar sus fondos. Aunque esto pueda desanimar, el país debe continuar dando los pasos necesarios para el desarrollo del sector.  

Debemos seguir apostando por la mejora y desarrollo de una mano de obra cualificada, por lo que la educación debe ser una prioridad alineada con las necesidades del mercado global. También, es fundamental incrementar la inversión en I+D para fomentar invenciones locales que optimicen procesos.  

Además, es imprescindible invertir en infraestructura y manufactura avanzada que permitan el establecimiento de líneas de ensamblaje, prueba y empaque (ATP, por sus siglas en inglés) de semiconductores. Si bien el sistema ATP es complejo debido a sus requisitos técnicos y estrictos estándares de calidad, la ubicación geográfica del país nos otorga una ventaja competitiva.  

La demanda global de GPUs aumentó un 218% en 2024, según datos de Coolest-Gadgets. Estas cifras demuestran la necesidad de contar con una producción avanzada, capacitada y confiable.  

Asimismo, es necesario aplicar los avances en IA en todos los sectores productivos, optimizando procesos y generando riqueza. Por ejemplo, el sector agrícola puede mejorar su productividad mediante sistemas inteligentes de monitoreo de cultivos; en salud, se puede avanzar en diagnósticos, como han demostrado empresas como Google, Microsoft y Xai.  

La implementación de estas herramientas no solo aumentaría los ingresos, sino que transformaría la cultura empresarial y administrativa del país, posicionándolo como un líder en innovación práctica.  

Como nación, debemos actuar con visión y sentido de urgencia. Estados Unidos compite con China y busca aliados regionales para reducir su dependencia de Asia y mejorar la eficiencia de la cadena de suministro. Es una coyuntura que debemos aprovechar. Sin embargo, también debemos implementar una estrategia basada en educación, inversión y aplicación sectorial práctica.