Lo análogo no ha muerto

Santo Domingo.- ¿Les ha pasado que rebuscando entre cajas y gavetas polvorientas, encuentran un “maquito” o celular viejito, algún libro voluminoso, un casete, un dvd o algún otro memento de años pasados y los invade un sentimiento de añoranza bastante fuerte? Pues no se sorprendan mucho, ya que cada día va creciendo la cantidad de personas que van prefiriendo lo análogo, lo arcaico, lo “real”, frente a lo digital. Este sentimiento no es una excepción, sino una tendencia que refleja el resurgimiento de lo análogo en una era dominada por lo digital.

Seguro, es mucho más incómodo y es hasta contra natura el elegir tecnologías y herramientas del ayer frente a la comodidad moderna, pero es innegable que existe una magia en esta práctica. Ya lo cantaba Freddy Mercury en su éxito musical “Radio Ga Ga” en sus letras: “Radio, someone still loves you” que se traduce al español como "Radio, alguien aún te ama". Esta frase no solo celebra la radio, sino también la importancia de lo clásico frente a lo efímero.

En el mundo editorial, por ejemplo, parecía que lo digital iba a relegar al papel a un segundo plano, haciendo obsoletos los libros impresos. Sin embargo, el papel ha demostrado una resistencia impresionante. Desde la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en el siglo XV, el papel ha sido un pilar en la transmisión del conocimiento. Hoy, los libros impresos siguen siendo valorados por su tacto, su olor y la experiencia única que ofrecen, incluso en tiempos de lecturas digitales.

En la fotografía, la apreciación por lo análogo sigue viva. Los entusiastas de las cámaras de película disfrutan del proceso de anticipación y sorpresa. La espera para revelar las fotos y ver el resultado final añade un elemento de emoción que las imágenes digitales, instantáneas y en grandes cantidades, no pueden igualar. La limitación a 24 o 36 exposiciones en un rollo de película hace que cada foto sea más deliberada y significativa. El costo y el tiempo involucrados en la fotografía análoga fomentan un enfoque más reflexivo y apreciativo del arte.

A pesar del avance digital, la impresión ha mejorado con técnicas más sofisticadas, la encuadernación se ha vuelto más eficiente, manteniendo una alta calidad.

En conclusión, lo análogo no ha muerto. Por ejemplo la impresión de libros, que cada vez emplean mejores tintes, los papeles cada vez necesitan de menos recursos naturales para lograr una calidad excepcional, la encuadernación cada vez resulta más rápida y fuerte, logrando un resultando que no le tiene mucho que envidiar a los textos digitales, aparte claro del aspecto de comodidad y movilidad. ¿Y es que como se resiste uno al olor de un libro nuevo?