Lecciones de unas elecciones: Una política más digital

Por Carlos Pérez Tejada

Las pasadas elecciones dejaron un camino de lecciones de las cuales hay mucho para tomar notas, analizar, aprender y pasar a la acción, lo cual no solo tendrá repercusión en el presente, sino que definirá el panorama político en las próximas décadas. Pero ¿cuáles son las lecciones?

De entrada, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) demostró poderío, logística y de cómo todavía el pueblo dominicano no está listo para volver a traer al poder a las viejas caras de la política. En palabras del mismo partido, el cambio es inminente.

Una política más digital

En una era caracterizada por el amplio acceso a información a través del internet, en donde la República Dominicana cuenta con 10.3 millones de suscripciones a internet, de acuerdo con el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) a la fecha de diciembre de 2023, la campaña política dio un giro sin regreso a la comunicación y uso de estrategias digitales.

En estas elecciones presidenciales y congresuales (también en las municipales) vimos menos gastos de recursos en las míticas “caravanas” multitudinarias, pero vivimos una abrumadora campaña aérea tanto de afiches en vallas como el uso desproporcionado de las plataformas digitales.

Los anuncios de campaña acapararon cada red social y cada anuncio de YouTube que decidiéramos ver. Otros grandes beneficiarios de la campaña, y que hicieron su entrada por primera vez, fueron los “memeros”. Una vez escuche a alguien decir “quien controla los memes, controla el medio”, tenía razón.

Los memes se convirtieron en una herramienta útil para colocar mensajes de partidos y candidatos, y también para posicionar y manejar la opinión pública. Para desmenuzar los aciertos y desaciertos en el uso de estas nuevas herramientas mediáticas hay que hacer un análisis más profundo. Pero algo si quedó evidenciado, estas no representan a ningún partido ni ideología, por lo que su uso para conectar con cierta parte de la población debe de ser estudiado, así como el mensaje que a través de estas cuentas se quiera posicionar.

Entender esta realidad política digital es importante, pues para el 2028 la campaña será aún más digital. El alcance y costo operativo es más efectivo que el despliegue y movilización de militantes. Esto último no va a desaparecer, pero disminuirá en su accionar.

Votantes no partidistas

Otra gran realidad que quedó evidenciada fue que con cada nueva generación de votantes viene un desapego partidista y sus ideales (si tienen), y el seguimiento a esas caras que por alguna razón u otra conectan con este joven electorado.

El mejor ejemplo de esto sucedió en la carrera por la senaduría del Distrito Nacional. Muchos piensan que la victoria de Omar Fernández de la Fuerza del Pueblo (FP) fue una cuestión de un “fenómeno”, pero yo lo llamaría como el aprovechamiento de esa masa votante no partidista; lo cual, junto a una excelente campaña de comunicación, que lo posicionó como el “underdog”, la víctima, del David que se enfrenta al Golliath; todos estos son mensajes que conectan con ese público.

También hay que recordar que Fernández venía posicionando su figura de candidato desde hace más de un año.

Por otro lado, Guillermo Moreno, un político con una hoja de vida que demuestran sus capacidades políticas y unos ideales bien definidos, pero que a los ojos de los nuevos votantes representa a la vieja política. Y con tan solo algo más de tres meses de campaña se le hizo muy difícil conectar con ese grupo de votantes y con la militancia del partido de gobierno.

Los números demuestran que no fue un tema de partido, pues el PRM abrumó a los demás contendientes en la carrera por la cámara baja; pero estos votos no se tradujeron para el candidato a senador.

Esta es una lección para todos los partidos políticos, y se reflejó a nivel presidencial también. Los votantes ya no quieren a esas viejas caras políticas y a su forma de hacer política. “El Cambio” llegó con el PRM en el 2020, y aunque no les guste a muchos, pero esa realidad ha salpicado a toda la esfera política.

El panorama político de la República Dominicana está cambiando, y todos aquellos actores que no se adapten a estas nuevas realidades dejarán de ser relevantes. Las nuevas dinámicas de un electorado más conectado, mejor informado, y de esa masa joven no partidista, son clave para generar estrategias innovadoras de ideas, propuestas y estrategias comunicacionales sofisticadas.