La carrera por los chips: ¿Quién domina el tablero geopolítico y comercial? 

ElAvance | 09 mayo 2024

Por Carlos Pérez Tejada

Los últimos 30 años han estado marcados por una aceleración en el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías que han permitido a la humanidad hacer del mundo un lugar más pequeño, derribando barreras naturales y posibilitando la comprensión y conquista de conocimientos antes desconocidos. En medio de esta revolución digital y tecnológica, la industria de los semiconductores (chips) se ha posicionado como la pieza central en el tablero geopolítico y comercial que protagonizan las grandes potencias. 

¿Por qué son tan importantes? 

La importancia de los semiconductores o microchips radica en su omnipresencia: están en casi todos los equipos electrónicos modernos y son el cerebro detrás de cada uno de estos, desde móviles, computadoras, televisores inteligentes, lavadoras, aviones y una lista interminable de dispositivos más. 

Esta realidad nos lleva al segundo punto: la economía. Según datos del centro de estadísticas Statista, las ventas de semiconductores alcanzaron los 600 mil millones de dólares en 2022; y quien lidere este sector tendrá una ventaja económica. 

El reciente auge de la inteligencia artificial (IA) ha aumentado aún más su importancia y demanda.  

El desarrollo de sistemas con IA ha impulsado la inversión en chips, ya que estos constituyen la base de la infraestructura digital mundial y son esenciales en sectores como las telecomunicaciones, el transporte y la industria militar. 

Una batalla de tres 

La crisis del COVID-19 evidenció la fragilidad y las consecuencias del quiebre de la cadena de suministro a nivel global, incluida la industria de los semiconductores, lo que afectó las operaciones de empresas tecnológicas como Samsung, Apple, Tesla, Google, Meta y otras más.   

Esta situación dio lugar al "nearshoring" y al "friendshoring", mediante los cuales las empresas buscan relocalizar su cadena de suministro en zonas más cercanas. 

Puede parecer sorprendente, pero Taiwán ostenta el título de ser el mayor y más avanzado productor de semiconductores del mundo; se estima que esta pequeña isla fabrica el 60% de todos los chips a nivel global, suministrando a grandes naciones como Estados Unidos. Sin embargo, las constantes tensiones entre China y Taiwán, y la fragilidad de la cadena de suministro global, han llevado a gobiernos como el de Estados Unidos a tomar medidas para reducir la dependencia de terceros en la producción de semiconductores. 

La administración Biden presentó el proyecto de Ley Chips y Ciencia de Estados Unidos en agosto de 2022, y fue aprobado en julio de 2023 por el Congreso estadounidense, con el objetivo principal de reducir la dependencia del gobierno en la importación de semiconductores desde Taiwán. 

Dicha ley promueve la construcción y localización de fábricas de chips en suelo estadounidense y en países aliados, creando así una cadena de suministro más estable y generando empleos técnicos, al mismo tiempo que mejora las capacidades de los habitantes. 

En Latinoamérica, Costa Rica ha implementado políticas públicas que han permitido el desarrollo de habilidades digitales y técnicas en su población, así como acuerdos con importantes empresas tecnológicas como INTEL. Esto permitió que el gobierno costarricense fuera elegido como beneficiario del fondo de 52.7 mil millones de dólares que el gobierno de los Estados Unidos proporcionará en subvenciones a través de la ley de chips para impulsar la fabricación de chips. Costa Rica podría recibir hasta 100 millones de dólares para el desarrollo de este sector en su territorio. 

Con estos fondos, podrá invertir en el desarrollo de talento humano, capacitando a más ciudadanos en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). También podrá modernizar la infraestructura de puertos y aeropuertos para agilizar y garantizar la seguridad en el comercio. 

República Dominicana cuenta con una posición geográfica y una estabilidad económica y política envidiable; el país ha sido reconocido por su lucha contra la corrupción en los últimos años. Es decir, hemos mejorado en puntos críticos que podrían hacernos beneficiarios de la inversión que está haciendo el gobierno estadounidense. 

Debemos seguir creando condiciones a través de incentivos fiscales y financieros para continuar atrayendo inversiones extranjeras en el sector tecnológico. También debemos desarrollar la educación STEM para lograr una fuerza laboral más calificada y competitiva. Hemos avanzado significativamente en la infraestructura de telecomunicaciones y transporte para el comercio, y debemos seguir apostando por ello. Además, debemos promover la innovación y la investigación a través de la creación de centros de investigación y la colaboración entre empresas y universidades. 

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