Pedro Sánchez, un animal político del poder

Por Edgar Raffa

La semana pasada el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, sorprendió al mundo con una carta en la que anunciaba la posibilidad de dimitir al cargo por presuntas acusaciones de corrupción y tráfico de influencias contra su esposa Begoña Gómez, lo que lo llevó a  reflexionar por 5 días si lo hacía o no; al final decidió que no, luego de mantener al país en vilo.

En la misiva que envió al público se preguntó si valía la pena seguir como presidente del Gobierno español tras los ataques que él dice “han acosado a su familia durante 10 años”, parece que sí, pero es extraño que no lo pensara antes.

Muchos especulan, y no lo descartaría, que Sánchez haya jugado a esto como una estrategia para subir su popularidad, menguada por los pactos con fuerzas políticas independentistas, como es el caso de Junts, partido liderado por el expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, que tuvo que propiciar para conseguir que el partido socialista siga frente al ejecutivo de la nación ibérica.

Sánchez ha demostrado con el tiempo que es un animal del poder, y que hasta es sus momentos más críticos, ha sabido remontar y salir triunfante frente a todas las adversidades. Al principio nadie creyó que podría liderar a los socialistas, tuvo un periodo de derrota, pero luego volvió al frente para conseguir que su organización retornara al Palacio de la Moncloa.

Ha demostrado ser frío y calculador, perspicaz y saber esperar el momento preciso para accionar; quizás algunos cuestionan por qué la cúpula del PSOE salió a pedir que no se fuera, pero es simple la respuesta, el hombre es quien sabe cómo atacar para que sigan al frente del ejecutivo.

¿Cuánto durará en la Moncloa? No se sabe, pero parece ser para rato, le guste a los españoles o no, porque el señor Sánchez es un animal del poder y se sabe manejar en él sin chistar, hace lo que tiene que hacer sin ruborizarse y ejecutar las musarañas necesarias frente a sus opositores, sin darse cuenta de que en verdad conseguiría su objetivo.

Al perro Sánchez lo subestimaron y ha demostrado que en la confianza está el peligro, por eso parece que se escuchará en la sede del socialista en la calle Ferraz de Madrid la canción “Pedro” de la cantante italiana Raffaella Carrá por un buen tiempo.